La crisis económica en la Argentina está generando estragos a nivel social. La inflación no tiene tope y la pobreza aumenta cada mes. Los argentinos están padeciendo una pesadilla que les recuerda al año 2001, cuando el «corralito» fue la antesala de una dramática explosión social.
Sin embargo, nuestros vecinos siempre se rebuscaron para salir adelante y, una vez más, su ingenio está a las órdenes: unos jóvenes emprendedores crearon una aplicación para que los restaurantes pongan a la venta la comida sobrante del día.
De acuerdo con Infobae, la idea de los creadores de la app llamada «Winim» es acercar comida de bajo precio (porque se trata, literalmente, de sobras) a la empobrecida clase media y, al mismo tiempo, contribuir con el medioambiente.
Winim ya tiene más de 2000 descargas y sus dueños están esperanzados: anticipan una ganancia de 1 millón de pesos argentinos para fin de 2019. Dicen haberse inspirado en otras iniciativas existentes en Europa y Estados Unidos.
El impacto fue grande en las redes sociales. Mientras que algunos argentinos se muestran optimistas y valoran la idea, otros se sienten humillados por las penurias que sufre su patria, y apuntan contra los creadores de esta plataforma por querer «militar la crisis», es decir, presentar una situación de carencia como si fuera algo positivo.
Lo cierto es que la clase media argentina ahora valora las sobras que antes los locales gastronómicos tiraban. Cuando hay crisis, no hay lugar para los lujos.
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