Grupo se mueve en las redes para obtener las 60 mil firmas que se requiere para promover una reforma del texto constitucional.
El periodista Enrique Vargas Peña dio a conocer en su cuenta de Twitter la existencia de una campaña que circula en las redes sociales para promover la reforma de la Constitución Nacional.
Tal como les advertí, el sinvergüenza de Cartes está haciendo correr en las redes de WhatsApp su iniciativa de cambiar nuestra Constitución para poder volver al poder…sólo a él le conviene cambiar nuestra Constitución: pic.twitter.com/CKGgTfp0Rs
— enrique vargas peña (@enriquevp) June 24, 2019
Según el periodista, “el sinvergüenza de Cartes está haciendo correr en las redes de Whatsapp una iniciativa de cambiar la Constitución para poder volver al poder…sólo a él le conviene cambiar nuestra Constitución”.
Adjunta en el tweet una captura de pantalla en la que se convoca a “juristas valientes y patriotas” a sumarse a la campaña de “recolección de 60 mil firmas para presentar un proyecto de reforma de la actual constitución paraguaya de 1992”.
“La iniciativa ciudadana está conformada por los constitucionalistas PARAGUAYOS quienes encabezarán la recolección de adhesiones en todo el territorio nacional, con la proyección de alcanzar el número de firmas necesarias para fin de año. Bien podrían hacer suya esta propuesta de reforma del Congreso para que nuestros `parlamentarios’ dejen de tener las atribuciones y privilegios que ellos mismos se arrogan”, señala el texto.
A continuación se dan a conocer los puntos a ser “reformados”. El asunto vinculado con la modificación del texto constitucional ha sido una constante en los últimos quince años.
Aunque muchas veces la excusa es introducir modificaciones en la conformación de órganos de selección de magistrados, la motivación principal de los gobernantes siempre tuvo que ver con su anhelada reelección.
Este punto sigue generando controversia por el temor que, de permitirse los mandatos consecutivos, se contribuya a formar proyectos autoritarios, como el liderado durante tres décadas y media por el dictador Alfredo Stroessner.