Funcionarios advierten que la rosca de la corrupción permanece intacta. Además, continúan sin esperanzas de cobrar los cuatro meses de atraso que les adeuda la comuna, a cargo del liberal Armando Gómez.
Con la renuncia del cuestionado administrador del municipio lambareño, Roberto Paredes, los desesperados funcionarios en huelga, con cuatro meses de atraso en el pago de sus salarios, pensaban que dieron un paso importante pero la realidad fue otra.
Hasta hoy nadie se animó a presentar un plan de caja que les dé al menos esperanzas de pasar unas fiestas de fin de año tranquilas, luego de un largo 2019 de problemas financieros en el municipio a cargo del liberal Armando Gómez.
Trascendió que el día viernes el renunciante administrador volvió a su oficina a marcar la hoja de trabajo con su equipo principal para que todo siga igual. Estos asistentes de magia, también viven entre lujos que no poseían antes de ingresar a la municipalidad, cuyas ostentaciones en las redes sociales borraron tras la caída en desgracia del mago paredes.
El tesorero, Rodrigo Portillo es el responsable de la unidad allanada por la fiscalía, dónde se sospecha el funcionamiento de cajas paralelas. Según cuadrilleros denunciantes, este sería el origen que justifica los onerosos viajes familiares de más de 15 personas a las playas de Brasil, alquilando yates y otros viajes en avión alentando al club Cerro Porteño, dónde Paredes pugnó por la vicepresidencia.
Cabe recordar que Portillo fue precandidato a concejal por el Armandismo y según concejales consultados, fue designado Tesorero de la campaña.
Cuentan personas que frecuentan el exa del Sagrada Familia de Lambaré, que en un tercer tiempo el mismo habría alardeado que formaba parte del esquema de ocultamiento de bienes de la estafa perpetrada a la Ganadera Viradolce SA, burlándose de la mala suerte de los procesados y condenados y ufanándose de su contacto personal con un importante senador liberal.
Otro eslabón, según rumores de pasillo, sería Carlos Flecha, quien con un salario que no llega a los 5 millones de pasea en una camioneta de 61.000 dólares americanos, que habría puesto a nombre de su señora, según datos del registro del automotor.
Lo llamativo es la forma de pago, pues accedimos a informes extraoficiales de la concesionaria dónde indica que la transacción de seña se efectuó con 20.000 de los verdes en efectivo.
Resulta llamativa la lentitud de la auditoría informática, pues el software (cuestionado por concejales) solo mantiene registros por 40 días, por lo que la dilación beneficia directamente al mago y sus asistentes.
“Si se audita en tiempo, se podrá comprobar la exacción cometida. Esas anulaciones de facturas son la prueba de enriquecimiento ilícito y lavado de dinero», según expresiones de una antigua funcionaria que fue dejada de lado por las actuales autoridades.
