La represión del gobierno de facto se ha alzado con la muerte de docenas de bolivianos, así como centenares de heridos y detenidos. Ni los periodistas se salvan de golpizas y arrestos arbitrarios. Cunde la preocupación en el seno de la comunidad internacional.
La deteriorada situación de los bolivianos tras el golpe de Estado contra Evo Morales genera seria preocupación en la comunidad internacional. Desde Washington, donde se encuentra su sede, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), dirigió una nota a la Misión Permanente de Bolivia ante la OEA para solicitar una visita en carácter de urgencia a Bolivia.
La Comisión ha solicitado al gobierno de facto del vecino país que ofrezca garantías para que la visita pueda realizarse entre el 22 y el 25 del corriente, cumpliendo así un mandato del Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), del pasado 12 de noviembre.
“En este sentido, la Comisión ha delegado a su Secretario Ejecutivo, Paulo Abrão, para que con el apoyo de un equipo del personal de la Secretaría Ejecutiva, lleve a cabo esta visita”, señala la misiva, que fundamenta el pedido en el artículo 41 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Hasta el momento los muertos por el conflicto institucional en Bolivia rondan los 30, mientras el número de heridos y detenidos se ha disparado de manera estrepitosa. Una de las principales preocupaciones de la comunidad internacional tiene que ver con el controvertido decreto que la presidenta de facto, Jeanine Áñez, emitió recientemente en el que exime de responsabilidad penal a militares y policías que repriman las manifestaciones, dicho de otro modo, que otorga carta blanca para matar e intimidad a la población civil del vecino país.
