Cada día dos niñas de 10 a 14 años tienen hijos y cada una hora, dos adolescentes de 15 a 19 años dan a luz en nuestro país. Ministerios y organismo internacional presentaron un proyecto destinado a prevenir la problemática, que hunde en la pobreza a miles de menores de edad.
Paraguay ocupa el primer lugar en el Cono Sur con la más alta tasa de fecundidad adolescente. Cada día dos niñas de 10 a 14 años tienen hijos y cada una hora, dos adolescentes de 15 a 19 años dan a luz en Paraguay, según publica en su página web el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS).
Por ello, el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, el Ministerio de la Niñez y la Adolescencia, el Ministerio de Educación y Ciencias, el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social y el Fondo de Población de las Naciones Unidas, UNFPA, implementarán un proyecto que tiene como objetivo contribuir a la reducción del embarazo en niñas y adolescentes menores 19 años de edad, con énfasis en la prevención y el abordaje de la violencia y del abuso sexual.
El programa se enmarca en el compromiso asumido por el país a través de su marco jurídico, además de los compromisos internacionales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y regionales como el Consenso de Montevideo y el Marco Estratégico Regional para la Reducción y Prevención del Embarazo Adolescente del Cono Sur, presentado en Asunción en el año 2017.
A esta problemática se suma la falta de una educación integral de la sexualidad, el insuficiente acceso a servicios de salud integrales para adolescentes y la necesidad de fortalecer el sistema de protección contra el abuso sexual a niñas, niños y adolescentes.
Se trata de un problema social porque la maternidad temprana impacta no solo en la vida de estas niñas y adolescentes, disminuyendo sus oportunidades y las de sus hijos e hijas, pero también de una problemática para el desarrollo y la economía del país.
Entre las situaciones que exponen a niñas y adolescentes a embarazos no intencionales se encuentran el abuso sexual, la coacción sexual, la pobreza, la salida del sistema educativo y el poco acceso a información sobre derechos y sexualidad y a servicios de salud integrales y de calidad, incluida la oferta de orientación y anticoncepción.
Foto: BBC