La entidad gestora del transporte londinense decidió retirarle la licencia para operar su servicio a UBER, ya que consideran que presentó reiteradas fallas de seguridad que ponen en riesgo a los pasajeros: «no es apta para tener una licencia«, se afirma en un comunicado.
El lunes pasado, la institución gestora del transporte en la capital británica, TFL («Transport for London»), decidió no renovarle la licencia a Uber. Uber «no es apta para tener una licencia«, se afirma en un comunicado de la TFL, ya que se afirma que se ha «identificado un patrón de fallos por parte de la compañía que incluye varias infracciones que pusieron en riesgo a los pasajeros y su seguridad».
La compañía de alquiler vehículos de transporte con conductor (VTC) podrá seguir operando en Londres, hasta que se agoten las instancias posibles para apelar la decisión.
La razón por la cual TFL retiró la licencia a Uber radica en que la popular aplicación pone en riesgo la seguridad de los pasajeros, al detectarse que continuaban allí trabajando como choferes personas que habían visto sus licencias suspendidas o que habían sido expulsadas del servicio. Muchos usuarios, además, afirman que la persona que conduce muchas veces no es la misma que informa la «app».
Uber ya opera en cerca de 130 ciudades y 30 países. En casi todos los casos, su incorporación se hizo en medio de fuertes polémicas y rechazos por parte de los gremios de taxistas, quienes ven en la empresa californiana una amenaza para su trabajo, ya que la consideran «competencia ilegal».
Asimismo, Uber es también repudiada por confederaciones de trabajadores de todo el mundo, porque su moderna modalidad de alquiler de vehículos -que pone en contacto directamente conductores particulares y pasajeros- degrada determinados derechos del trabajo.