El mandatario estadounidense dijo que la incursión militar no dejó víctimas fatales para su país. Declaró que aplicará inmediatas sanciones económicas contra Teherán, pero evitó la retórica desbordada y se limitó a leer un mensaje, flanqueado por uniformados.
Cuando todos pensaban que la represalia estadounidense por el ataque de Irán contra dos de sus bases en suelo iraquí sería fulminante, la comparecencia ante el público de Donald Trump para hablar del tema logró calmar las aguas. Al menos por ahora.
La esperada aparición del mandatario se dio aproximadamente a las 13.30 hora paraguaya (11.00 hora de la costa este de los Estados Unidos). Recatado y flanqueado por militares, el mandatario se limitó a leer un mensaje en el que, básicamente, dijo que la incursión contra las bases no dejó muertos ni heridos, ni estadounidenses ni iraquíes.
Sí anunció que adoptará sanciones económicas inmediatas contra el régimen teocrático iraní, dio pormenores de las motivaciones que derivaron en el asesinato del general Qassim Suleimani, a quien tildó como uno de los terroristas más feroces de la historia, y reclamó a la Organización del Atlántico Norte (OTAN) que se involucre más en la situación del Medio Oriente.
Según analistas internacionales, finalmente el ataque iraní habría sido calculado por el régimen de Teherán para evitar una conmoción militar a escala universal, y estuvo más bien orientado para su consumo interno, de forma tal que la población creyese que el asesinato de Suleimani fue finalmente vengado.
