El mandatario brasileño recibió ayer al nuevo canciller argentino, Felipe Solá. Ambos acordaron que los jefes de Estado mantendrán un encuentro bilateral en Montevideo, el próximo 1º de marzo, con motivo de la asunción al mando de Luis Lacalle Pou.
Luego de los furibundos ataques lanzados por el polémico presidente del Brasil, Jair Bolsonaro, contra el nuevo mandatario argentino, Alberto Fernández, tanto durante la campaña política de este como luego de su asunción al poder, ahora el Ejecutivo brasileño busca reducir la retórica confrontativa y acercarse a su principal socio en Sudamérica.
El canciller argentino, Felipe Solá, visitó ayer a Bolsonaro y juntos acordaron que los presidentes de ambos países mantendrán una reunión bilateral en Montevideo, el próximo domingo 1º de enero, en ocasión de la asunción presidencial del nuevo mandatario oriental, Luis Lacalle Pou.
De esta manera, la diplomacia encuentra un terreno neutral, de tal manera a no dejar tan mal parado a Bolsonaro por sus reiterados ataques personales a Fernández, contra quien hizo activa campaña en contra durante el periodo electoral que se registró en la Argentina en el segundo semestre del año 2019.
Los improperios de Bolsonaro habían dejado descolocado no solamente al Mercosur, al ver sumido a su principal socio en una pelea personal contra el presidente electo por el pueblo argentino, sino también bloqueado la nueva relación comercial instaurada el año pasado entre este bloque regional y la Unión Europea.
Durante la campaña, el presidente brasileño había dicho que no se debía permitir que los peronistas se alzaran con el poder en Argentina y, tras los comicios, que jamás recibiría a Alberto Fernández, lo que en Buenos Aires fue entendido como un despropósito hacia el propio pueblo argentino, que fue el que mayoritariamente votó a favor del retorno de los justicialistas a la Presidencia.
