En su columna semanal, José Duarte se refiere a la filosofía política del autor francés Maurice Merleau-Ponty y su apropiación democrática de la obra de Charles Maurras, una figura controversial de la extrema derecha de su época.
Maurice Merleau-Ponty (1908-1961) es un filosofo poco conocido fuera del ámbito de sus especialistas. Murió a los 53, de un paro cardíaco, mientras leía La Dioptrique de Descartes. Se suele hablar de él como «el amigo de Sartre», como un fenomenólogo francés o, más genéricamente, como un pensador de las complejidades del cuerpo humano.
Por más que hay sido hasta el 1953 -año de su ruptura con Jean-Paul Sartre (1905-1980) – el jefe de facto de la redacción de temas políticos en Les Temps modernes, se conoce poco su pensamiento político. La mayoría de los que se interesan por el tema lo resumen de esta manera: vaivén entre un entusiasmo por el marxismo en la inmediata posguerra y un ulterior desencanto a mediados del 50. «De la esperanza revolucionaria al reformismo», afirman muchos de sus comentaristas.
Sin embargo -como sucede con en el resto de su filosofía- son varias las fuentes de las que bebe Merleau-Ponty para pensar lo social, lo político y lo histórico.
Además del ya mencionado marxismo, una influencia casi nunca señalada es la de autores católicos como Emmanuel Mounier (1905-1950), Jacques Maritain (1882-1973) o Gabriel Marcel (1889-1973). Según Emmanuel de Saint-Aubert, el tema de la encarnación -omnipresente en la filosofía merleaupontiana- proviene de la influencia de estos autores.
Menos aún se apunta a la influencia del intelectual de extrema derecha Charles Maurras (1868-1952) y otros autores influidos por éste, como Maurice Barrès (1862-1923) o Thierry Maulnier (1909-1988).
La mala fama de algunas de estas figuras hace que todavía sea poco explorada la relación de fascinación innegable que existe entre Merleau-Ponty y ciertos tópicos de la filosofía del maurrasianismo: el arraigo, la raíz, la tradición o la preeminencia del lazo comunitario por sobre el individuo abstracto.
En un clásico ensayo, «Autour du marxisme» (recopilado en su libro Sentido y no sentido), Merleau-Ponty escribió que había en “el maurrasianismo de 1900 una reacción sana contra las ilusiones kantianas de la democracia liberal”.
Merleau-Ponty comparte con el maurrasianismo la crítica a la libertad y a la igualdad como dones de la naturaleza, supuestos atributos de la Humanidad, independientes de toda comunidad de pertenencia.
Sin embargo, se separa de estos planteos cuando afirma, contra el maurrasianismo, que la no naturalidad de la libertad y la igualdad no conducen al abandono de estas nociones, sino a la lucha por la realización de las mismas.
Es que para Merleau-Ponty la politica tiene ese horizonte: una práctica con capacidad de instituir, inscribir o encarnar determinados valores, creencias y deseos.
Foto de portada: Maurice Merleau-Ponty (Fuente: Maurice Merleau-Ponty. Œuvres, Ed. Gallimard).