Fracasó el proyecto estrella de Patria Querida, considerado por este partido como la panacea que resolvería todos los males del Paraguay: desde la crisis económica hasta el humor del pueblo.
Desde hace un tiempo se viene planteando la posibilidad de que el horario de verano se convierta en permanente. Diputados de Patria Querida tomaron el proyecto como una causa nacional, la panacea que resolvería los déficits en infraestructura de nuestro transporte público, favoreciendo a los comercios y dando lugar al aprovechamiento de los atardeceres.
Con esta ley además se darían, según sus proponentes, cambios positivos en la salud mental, el relacionamiento intrafamiliar, suerte en el amor, mejores niveles de vitmaina D en el organismo y un sinfín de beneficios adicionales.
La realidad es que la propuesta no tuvo eco en el resto de las bancadas: se la consideró superflua, pensada desde óptica capitalina, alejada de la realidad de millones de paraguayos y paraguayas que no viven en las grandes ciudades.
Si se adoptara el horario de verano en épocas invernales, las mañanas serían oscuras, siendo éstas inseguras como las franjas horarias de la noche, donde suceden más hechos delictivos. Además, se gastaría más en consumo eléctrico para alumbrar las horas matutinas. Esta fue la opinión que proporcionaron asesores técnicos de la ANDE ante la consulta de los parlamentarios.
La intensidad con que Patria Querida militó esta causa da cuenta de lo alejados que están sus dirigentes del día a día de los ciudadanos y ciudadanas de este país, así como de su incapacidad para transmitir a otras bancadas el entusiasmo que, por algún motivo, el horario estival les genera.
