A través de un comunicado desprolijo y plagado de errores ortográficos -signo de la anemia intelectual de los integrantes de esta agrupación- el Frente Guasú llamó a la desestabilización del gobierno nacional mediante el recurso del juicio político.
A través de un comunicado desprolijo y plagado de errores ortográficos -signo de la anemia intelectual de los integrantes de esta agrupación- el Frente Guasú llamó a la desestabilización del gobierno nacional mediante el recurso del juicio político, a pesar de que hace menos de una década calificaba a dicha institución como ilegítima y la asimilaba, simple y llanamente, a un “golpe parlamentario”. Sus “intelectuales” repetían hasta el cansancio que nuestro sistema presidencialista no podía tener la dinámica de un régimen parlamentario, en el que mayorías legislativas tienen la posibilidad de ejercer el voto de censura contra el Ejecutivo.
Hoy todo esto es letra muerta en una coyuntura en la que prima la extrema atomización de la oposición, y en el que la izquierda no tiene ningún otro proyecto político fuera de la existencia biológica de Fernando Lugo.
Esta intentona tiene como único fundamento la fantasía y el delirio de un conglomerado de partidos de membrete, su único propósito es perturbar el mandato de un gobierno que está llevando adelante inversiones públicas de gran magnitud.
En solo 2 años, este gobierno está batiendo récords en cantidad de rutas pavimentadas, superando ampliamente a todos sus predecesores, hecho que puede ser verificado en los portales de información pública. Además de la instalación de servicios básicos en las zonas más alejadas del país, de nuevos puentes fronterizos con el Brasil, se dio inicio a la maquinización de Aña Cuá, la obra energética más importante de la era democrática, con grandes ahorros respecto de los costos estimados.
La pandemia del Covid-19 supuso desafíos para los que ninguna nación estaba preparada. En Paraguay, los medios de comunicación y la oposición resaltaron las dificultades y ciertas desprolijidades en materia de las compras públicas para abordar la crisis sanitaria. Pese que algunas críticas puedan ser legítimas, lo cierto es que se ha superado a todos los gobiernos anteriores en lo que respecta a instalación de camas de terapia intensiva, incorporación de personal de blanco y nuevas unidades de atención primaria.
Muchos afirman con razón que nuestra burocracia estatal tiene grandes falencias en su funcionamiento y racionalidad. Sin embargo, no se puede desconocer que, en el contexto pandémico, la gestión actual ha ampliado y modernizado los programas de protección social, con Pytyvõ como paradigma de eficiencia, un programa que ha logrado desvincularse del clientelismo partidario mediante asignaciones directas al teléfono móvil de los beneficiarios.
Durante este gobierno el Paraguay dio un paso trascendental en materia de soberanía energética, logrando por primera vez en su historia la posibilidad de utilizar toda la energía que nos pertenece de Yacyretá. Lo mismo ocurrirá con nuestra energía de Itaipú, a la que accederemos en su totalidad mediante la instalación de la línea 500 kV Yguazu-Valenzuela. Como se puede ver, para este gobierno la soberanía energética no es una consigna declamativa o un simple tema de conversatorios fantasmas como los que organiza el Frente Guasú; por el contrario, gracias a las obras realizadas, la soberanía energética es un hecho concreto que nos permite por primera vez disponer de lo que nos pertenece.
Se busca desestabilizar a un gobierno que, en medio de una crisis económica mundial y una pandemia que golpea duramente a los países más desarrollados del mundo, logra sostener el ritmo del crecimiento económico, aumenta sus reservas internacionales en cifras nunca antes alcanzadas y multiplica el apoyo a los sectores productivos del país.
Este es el proceso que propone perturbar el Frente Guasú, buscando sembrar caos durante una crisis sanitaria mundial que Paraguay gestiona con éxito según todos los informes de organismos multilaterales y de la comunidad internacional en general.
Fuera de algunas conquistas, todas subsidiarias del gobierno colorado 2003-2008, el historial del Frente Guasú es el de la inestabilidad, el canibalismo político y el latrocinio. Frente a los niveles de cobertura social e inversiones en salud pública de este gobierno, los supuestos logros del luguismo hoy son absolutamente irrisorios. En realidad, el periodo Lugo-Franco ostenta un vergonzoso récord hasta ahora no superado por ninguna otra gestión: el de ser el periodo con mayor cantidad de altos funcionarios procesados por escandalosos casos de corrupción.
La oposición al coloradismo gusta proclamarse adalid de la transparencia, pero cuando gobernaron llenaron el país de rutas de mentiras, edificios educativos convertidos en aguantaderos, coquitos de oro, helicópteros sobrefacturados e inservibles, múltiples desfalcos de fondos públicos, operaciones fraudulentas con tierras fiscales, etc. Una lista detallada estas tropelías se puede encontrar en el siguiente enlace: https://eltrueno.com.py/2020/05/29/hablan-de-transparencia-pero-saquearon-el-pais-cuando-fueron-gobierno/
Ante las provocaciones de un sector de la oposición que desprecia la voluntad popular y elige el camino de los atajos para socavar las instituciones, los paraguayos debemos permanecer unidos, defender con intransigencia la democracia y la paz social de nuestra nación.