Ante la detención de Efraín Alegre, la «mesa de presidentes de partidos políticos de la oposición» emitió un comunicado para mostrar su apoyo al líder del PLRA, pero su redacción puede ser considerada digna de un niño en pleno aprendizaje de la lectoescritura: hay más de una docena de errores en solo cinco párrafos.
El día jueves 28 de enero, la jueza Cynthia Lovera dictó la prisión preventiva al presidente del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) y excandidato a presidente de la República, Efraín Alegre. Esta situación fue considerada por Alegre y por todos los partidos de la oposición como una persecución política. Por eso, decidieron demostrar su repudio al fallo a través de un comunicado.
Dada la gravedad de los hechos, se esperaba que el texto cumpla estándares básicos de legibilidad. Sin embargo, una lectura superficial del mismo puede constatar como mínimo una docena de errores gramaticales.
El comunicado incurre en graves faltas, empezando por el criterio en el uso de las mayúsculas, el cual es nulo. Para los nombres propios, la normativa de la Real Academia Española indica que cada sustantivo debe ir con mayúsculas y no cualquiera al azar.
Por otro lado, se observa una dificultad en la expresión sintáctica, que lleva a colocar comas indebidas entre sujeto y predicado, o verbo y objeto, reglas terminantemente prohibidas en el uso del castellano.
Otro desliz a remarcar es el uso del artículo delante del sustantivo propio (“la Cynthia”), algo frecuente en el registro oral; sin embargo, en el registro escrito resulta un error imperdonable. Un conocido refrán asiste a la retórica en este caso, ya que podría aseverarse que la oposición “escribe como habla”. No obstante, en caso de duda, siempre es mejor que falten y no que sobren las comas.
“Metrobús” no es una palabra grave sino aguda. Al terminar en “s”, como dicta la regla, lleva tilde. La confusión se extiende al uso de los verbos que rigen objetos. No se viola de algo, se viola algo, a algo, a alguien.
Finalmente, mención aparte merece el género, objeto de debate en las últimas décadas. Si una palabra es de género masculino, en la convención del idioma castellano, termina en o; en cambio, si es femenina termina en a. Una prisión preventiva no puede ser decretado, dado que el participio debe concordar en género y número con el sujeto de oración. Quizás, se trate de un uso del llamado «lenguaje inclusivo», que en lugar de borrar el género, subvierta la regla de concordancia con el sujeto.
Resulta llamativo que la oposición al coloradismo, la cual siempre congregó a la crema de la intelectualidad paraguaya, no haya tenido ni un voluntario correctamente alfabetizado que se ofrezca para expresar el peligro que vive nuestra nación en estas horas dramáticas.
