Paraguay busca por todos los medios evitar la instalación de vacunatorios VIP para gente privilegiada, como sucedió recientemente en la Argentina. En este sentido, el ministro de Salud dijo que serán implacables con cualquier manipulación en el acceso a las dosis.
En medio de escándalos en la región sobre la aplicación de la vacuna contra el Covid-19 a sectores privilegiados de la población, como el caso de la Argentina, el ministro de Salud de nuestro país, Julio Mazzoleni, lanzó ayer una dura advertencia.
“Quiero ser claro, a quien se descubra haciendo algo indebido con las vacunas se lo va a destituir”, amenazó el secretario de Estado en su cuenta oficial de Twitter.
Quiero ser claro, a quien se descubra haciendo algo indebido con las vacunas se lo va a destituir. @msaludpy
— Julio Mazzoleni (@MazzoleniJulio) February 22, 2021
El jueves último, durante el arribo de 4.000 dosis de la vacuna rusa, la diputada Celeste Amarilla (PLRA) -quien acompañó al ministro en el aeropuerto- señaló que este la había manifestado su inquietud de que gente poderosa del país intentara acceder a la vacuna por caminos indebidos.
Tras el estallido del caso del vacunatorio VIP en Argentina, que costó el puesto al ministro de salud de ese país, Mazzoleni emitió el tweet con la advertencia señalada anteriormente.
Cabe recordar, que en la República Argentina figuras de primer nivel, tanto del ámbito político y periodístico, fueron privilegiados con el acceso a la vacuna Sputnik V, en un operativo que aún hoy es investigado.
El saliente ministro de Salud, Ginés González García, sostuvo públicamente que él no era responsable de la instalación del mencionado vacunatorio, y responsabilizó a funcionarios de su entorno de haber instalado un local aparte para otorgar las dosis a algunos privilegiados.
En Perú ocurrió lo mismo, el temporal político estalló el pasado 15 de febrero cuando se destapó un escándalo relacionado con las vacunas. Al menos 467 personas accedieron a la vacuna china de Sinopharm cuando esta permanecía en ensayos clínicos.
El descubrimiento de irregularidades con el fármaco tomó el nombre de ‘Vacunagate’ y salpicó a una multitud de políticos y funcionarios tanto del Ejecutivo anterior como del actual Gobierno de transición. Al menos el 25 % de las personas que se vacunaron de forma ilícita correspondían a trabajadores del Estado.
Luego de Perú y Argentina, la nación cuya exitosa vacunación está siendo un ejemplo en la región y en todo el mundo, se ha visto empañada por irregularidades en las vacunaciones. Un total de 37.306 personas recibieron dosis contra la enfermedad antes de lo establecido en su calendario de vacunación. Es decir, menores de 60 años y sin enfermedades crónicas que no pertenecen a los grupos prioritarios.