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domingo, noviembre 24, 2024

Sobre «Mapa Genético ANR», de Carola González Alsina. Primera parte.

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Mapa Genético ANR, de Carola González Alsina, es un libro injustamente poco comentado por la intelectualidad mainstream paraguaya. Martín Duarte inicia hoy una introducción general a la obra, que se seguirá profundizando en siguientes entregas.

Mapa Genético ANR es una compilación del ideario doctrinario del Partido Colorado realizado por la socióloga Carola González Alsina. Contiene documentos de diferentes referentes históricos de la centenaria agrupación política, aunque lo más interesante del libro es su tercera parte, dedicado al análisis que realiza la autora sobre el marco de las ideas que sustentaron la acción política y discursiva del coloradismo, desde su fundación en 1887 hasta el año 1992.

González Alsina (h) se propone así indagar y desentrañar “el mapa genético de las ideas que sustentan el discurso político de la Asociación Nacional Republicana”. Con dicho fin construye una periodización histórica, para situar los distintos discursos del coloradismo en sus respectivos contextos. Es necesario aclarar, por otra parte, que la autora toma al Manifiesto fundacional del partido como la matriz desde la cual las demás dimensiones del discurso van desprendiéndose y evolucionando, al calor de los contextos intelectuales, sociales y políticos.

De este modo, Mapa Genético ANR propone una periodización de la vida ideológica del partido en cuatro etapas, siguiendo como principio clasificatorio el contexto de su acción: la reconstrucción (1887-1904); la resistencia cívica (1904-1940); la ausencia constitucional (1940-1967); y el nuevo orden constitucional (1967-1992).

En primer lugar, se considera al periodo de reconstrucción como caracterizado “por la ingente tarea de reinstaurar el normal funcionamiento del país luego de la Guerra de la Triple Alianza, tarea que se inició antes que se fundaran los partidos políticos, y de la cual la emergencia de estos es también un producto”. Asimismo, comenta la autora que en ese periodo coexistieron dos conceptos en pugna ideológica: reconstrucción vs regeneración. El Partido Colorado asumiría la reconstrucción como tarea principal de su accionar político. Este periodo se cierra con el derrocamiento del gobierno colorado en 1904.

El siguiente periodo es denominado la resistencia cívica, en directa alusión al rol de oposición que jugó la ANR ante un momento histórico cargado de inestabilidad política, debilidad del Estado, proscripciones y violencia política. En definitiva, un periodo particularmente agitado en términos políticos “no solo para el contexto local sino también internacional”. En cuanto al plano internacional tienen lugar la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la Guerra Civil china y los prolegómenos de la Segunda Guerra Mundial. Por otra parte, en el plano local se vive gran inestabilidad política: “Entre 1904 y 1940 el Paraguay vivió más de veinte revoluciones, entre golpes militares, revoluciones, motines, revoluciones campales y dos guerras civiles como sistema para hacerse con el poder”.

Asimismo, en las postrimerías de este periodo, Paraguay entró en guerra con Bolivia, teniendo como desenlace para la política nacional el cambio del signo político del gobierno, cuya causa fue el levantamiento revolucionario de los febreristas (1936). Dicho proyecto político, marcado por una heterogeneidad política en la que convivieron comunistas, socialistas, liberales y líneas autoritarias filonazi-fascista, duró poco, para luego retornar al poder el partido Liberal. Sin embargo, para Carola González Alsina, “El mantenimiento de este partido (refiriéndose al Liberal) en el poder no se debió a la legitimidad de sus ideas sino a la violación sistemática del orden constitucional y a la fuerza de las armas asistida con injerencia y capitales extranjeros”. Resta señalar que el fin de la era Liberal estuvo marcado por la súbita muerte del presidente Estigarribia, el cual deja como herencia la sustitución de la Constitución del 1870 por la Carta Política de 1940, “de corte eminentemente totalitaria, aprobada por decreto y pseudolegitimada por plebiscito”.

En tercer lugar, para González Alsina (h) viene el periodo de la ausencia constitucional, cuyo rasgo es no tanto la ausencia total de un orden jurídico vigente (existía la Carta Política del 40), sino más bien el cambio en las reglas del juego político. De este modo, para la autora existía un desacuerdo entre la realidad política efectiva del país y los valores democráticos liberales de representatividad popular. Así, si bien la Carta política del 40 “fue un claro reflejo de las condiciones cívicas en que se encontraba la política paraguaya, no reunía las características del debido proceso democrático republicano”. En este sentido, quedaba aún mucho por hacer para lograr la normalización institucional del país: “Solo después del Reencuentro Partidario (1955) en el que participaron todos los frentes del Partido Colorado, comenzaría la marcha hacia la unidad partidaria y se establecería la agenda para la normalización del país”. Este periodo culminará con la nueva Constitución Nacional de 1967, la misma producto de una Asamblea Constituyente con participación pluripartidista.

Por último, el nuevo orden constitucional es un periodo marcado por la puesta en vigencia de un ordenamiento político democrático, el cual se plasmó en la Constitución del 67, con la participación de todos los partidos políticos en la Asamblea Constituyente. La autora sostiene que este periodo consistió en el “afianzamiento del Partido Colorado en el poder, pero también de la absolutización de la mayoría y su correspondiente justificación ideológica. El sensible ambiente de desarrollo material del país y la pacificación interna, como fruto de una ‘política de resultados’, fueron los principales factores que dieron vigor al partido y al gobierno”.

González Alsina (h) sostiene que este periodo también implicó una creciente discrepancia contradictoria entre la modernización del Estado y los reclamos, expectativas y exigencias que dicha modernización provocó en la sociedad entera. Así también, menciona que “en 1987 se da la primera fractura significativa en el seno del Partido Colorado desde 1955, que, a diferencia del caso de MOPOCO, sí erosionó la relación entre el gobierno y el partido”.

La periodización propuesta por Carola González Alsina es un desafío provocador al sentido común, porque «Mapa Genético ANR» sugiere que la violencia política, la proscripción y la ausencia de un Estado de derecho comenzaron antes del largo gobierno de Stroessner, durante el cual el Paraguay obtuvo su primera Constitución legitimada por los partidos políticos y sin injerencia extranjera, a diferencia de la Constitución de 1904. Sin embargo, debe también decirse que la autora omite en su descripción el hecho de que parte de dicho periodo también estuvo manchado por la violación sistemática del orden jurídico constitucional; el estado de sitio como herramienta jurídica de disciplinamiento y represión política, las violaciones a los derechos humanos y a las garantías fundamentales de las libertades civiles y políticas llevadas a cabo por el régimen stronista.

En próximas entregas, se profundizará el análisis sobre los diferentes apartados de «Mapa Genético ANR».

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