El candidato oficialista Dani Centurión tiene el desafío de lograr polarizar con Nenecho Rodríguez. Por el momento, la precandidatura de Martín Arévalo, con un discurso político más articulado que el suyo, es su principal obstáculo.
La campaña de Dani Centurión logró aglutinar a gran parte de la estructura política colorada de la capital. Tiene un fuerte respaldo de la mayoría de los presidentes de seccionales, varios diputados, senadores, dirigentes de base, de tres listas de concejales que lo apoyan.
Con semejante nivel de acompañamiento sería un hecho la configuración de un escenario de fuerte polarización con el candidato apoyado por el cartismo, el actual intendente Nenecho Rodríguez. Sin embargo, Centurión enfrenta una coyuntura complicada porque el senador Marín Arévalo continúa con su candidatura y, de ese modo, divide la oferta electoral contraria a la continuidad del actual intendente.
Además, los medios de comunicación del cartismo, hábilmente, promocionan la candidatura de Martín Arévalo. Más allá de eso, debe decirse que también es notoria la mejor perfomance discursiva de Arévalo, quien hasta la fecha tiene un relato más elaborado, con potencialidad de crecimiento.
En efecto, el senador afirma enfrentar a dos poderosas estructuras: la municipal, en manos de Nenecho, y la nacional, en alusión al supuesto respaldo gubernamental del que goza Centurión. Arévalo se define como el genuino candidato de las bases, el que realmente desafías las imposiciones y acuerdos de cúpula.
Frente a la popularidad de Nenecho, como constatan todas las encuestas, y frente a un discurso político mínimo pero claro, como el que sostiene Arévalo, la campaña de Centurión hoy tiene todavía poco atractivo, descansando exclusivamente en su maquinaria dirigencial. Esto último es sumamente importante en unas internas coloradas, pero insuficiente ante un escenario electoral que se hace cuesta arriba y con un electorado exigente como el de la capital del país.