En esta entrega, Paranaländer trae una reseña de artículos de A. V. Frič, naturalista amateur que devino en explorador y etnógrafo, que fueron publicados en la revista porteña PBT, en los inicios del siglo pasado.
El primer artículo es de la revista porteña PBT, de octubre de 1910 y se titula “La tejedora de ñanduti”. El otro es de diciembre de 1911 también aparecido en PBT y se titula “Flora Paraguaya”. Todas las fotos son obra del etnólogo checo.
En “La tejedora de ñanduti” compara Paraguay con Japón, a los kimonos con el typói, los montes de cerezas con los montes de naranjas, que las naciones hablan una lengua aglutinante, pero sonora y agradable. Sus hombres son feos y sus mujeres chiquitas, graciosas y lindas. Lamenta la invasión actual de la seudo cultura extranjera en la capital paraguaya, por eso prefiere los pueblitos del interior, aún no atacados por tal virus modernizante. Todo lo bello y poético desapareció, dice, en apenas 20 años. Homenajea a la tejedora de telarañas, la araña blanca, recordando la canción de Victoriano Montes:
Graciosa, esbelta, pura y sencilla.
con aleteos de mainumbí,
al brazo lleva su canastilla
la tejedora de ñanduti
En “Flora paraguaya” habla de tres especies nativas. La nymphea gigantesca o victoria regia (en guaraní, yacaré aguatí o yacaré yrupë), la espuma rosa y la dama y reina de la noche (“enredaderas de hojas oscuras, que pasan inadvertidos a los insectos y picaflores. Cuando entra el sol y desaparecen los atrevidos visitantes, se abren sus flores”). Captura las imágenes de las dos primeras con dos jovencitas locales, las cuñatai porä asuncenas que compara con las geishas japonesas.

*Alberto Vojtěch Frič fue un naturalista amateur que devino en explorador y etnógrafo. Nació en Praga, Checoslovaquia, el 8 de septiembre de 1882, en el seno de una reconocida familia entre cuyos miembros había científicos, políticos y revolucionarios. Desde muy joven comenzó a interesarse por las ciencias naturales. Con tan solo 20 años realizó su primer viaje a Sudamérica, donde visitó las principales ciudades de Brasil y se internó en el Matto Grosso. En este primer viaje se enfocó en la botánica, especialmente en el estudio de los cactus, mientras que en su segundo viaje comenzó a interesarse más profundamente por la cultura material indígena, así como por las condiciones de existencia de los pueblos de la región, y se volcó así a la etnología. Durante los años siguientes continuó sus recorridos por Brasil, Paraguay y Argentina. Logrando el apoyo de los directores de la Sección Americana del Museo de Berlín y del director del Museo Etnográfico de Hamburgo, Georg Thilenius, Frič se incorporó al museo como voluntario y obtuvo ayuda económica para concretar un nuevo viaje a Sudamérica en 1906.Denunció en el XVI Congreso Internacional de Americanistas de Viena de 1908 las atrocidades cometidas contra las tribus kaingáng y xokléng, asesinadas y esclavizadas por colonos alemanes en Brasil, mientras el gobierno hacía la “vista gorda”. Al morir, el 4 de diciembre de 1944, dejó un vasto corpus de datos y documentos inéditos producidos por Boggiani, luego editados como Guido Boggiani, fotógrafo, A.V. FRIC & Fricova Praga, 1997. Otro libro suyo es “Indios sudamericanos”, 1943. Como nota llamativa, A.V. Frick había conocido a quien sería más tarde su baqueano y amigo (su cuñado también), Cerwuiš Piošád Mendoza, más conocido como Serwiche Posadas Mendoza, que lo acompañará en un delirante viaje a Praga y terminará declarándose primer indígena checo del Chaco.