Esta es la cuarta vez que la ciudad de Melbourne entra en confinamiento desde el inicio de la pandemia, y en 2020 llegó a pasar cuatro meses bajo duras medidas de restricción.
Las autoridades australianas anunciaron este jueves el confinamiento de emergencia para más de cinco millones de personas en Melbourne, su segunda ciudad más poblada, y el resto del estado de Victoria, para contener un brote de COVID-19.
El jefe interino del Ejecutivo de Victoria, James Merlino, aclaró que la medida busca evitar una «tercera ola» de COVID-19 en este estado, con 6,6 millones de habitantes y que aglutina el 68 % del total de contagios y el 90 % de las muertes desde el inicio de la pandemia.
La orden de permanecer en casa regirá por al menos siete días, dijo a los habitantes del estado el primer ministro en ejercicio, James Merlino, cuando el foco infeccioso local se duplicó a 26 casos de un día para otro, una cifra insignificante comparada con la de otros países.
«En el último día hemos visto más evidencia de que enfrentamos una variante altamente infecciosa del virus, una variante preocupante que avanza más rápido de lo que hemos detectado», dijo Merlino sobre la variante india del coronavirus.
El confinamiento busca trazar el origen de los casos nuevos, y la medida únicamente permite que los pobladores salgan de sus casos por motivos esenciales, incluso para recibir la vacuna anticovid, según reporta la agencia alemana DW.
En los últimos meses, Australia ha tenido pocas medidas de contención debido a que logró contener la propagación del coronavirus, pero críticos señalan que la lentitud en la aplicación de vacunas dejó a la población expuesta a nuevos brotes.
Australia, con 25 millones de habitantes, ha registrado unos 30.000 casos de COVID-19 y menos 1.000 muertes, en su mayoría en el estado de Victoria.