En su columna de hoy, Paranaländer escribe acerca del libro “Riverão Sussuarana”, que es una de sus novelas brasileñas favoritas y fue escrita por Glauber Rocha (1939—1981), genio del cine brasileño y latinoamericano.
“mi literatura es para bueyes. No es para ser engullida de una vez”
Por: Paranaländer.
Mis novelas preferidas brasileras: PanAmérica (1967) de José Agrippino de Paula, Memorias póstumas de Brás Cubas (1881), de Machado de Assis, Catatau (1975) de Leminski, Mar paraguayo (1992) de Wilson Bueno, y Riverão Sussuarana de Glauber Rocha.
Glauber Rocha (1939—1981), genio del cine brasilero y latinoamericano, autor de 16 filmes (entre largos y cortos) y muchos guiones no filmados (“Las palmeras salvajes” en Hollywood, “El nacimiento de los dioses” con la RAI), sí señor, también nos propinó una novela grandiosa de 286 páginas.
El cine de Glauber es excesivo, brillante, abrumador, bello, verborrágico, místico, histriónico, teórico, poético, antropofágico… Ha devorado todos los panfletos y manifiestos revolucionarios, la literatura de cordel de rapsodas ciegos nordestinos, todos los forrós y villa-lobos sertanejos, todo ese universo de jagunços, mitología vaquera, duelos entre el Demonio y Dios, lengua, para dejarnos maravillas como “Dios y el diablo en la tierra del sol” (1954), “Tierra en trance” (1967) y, sobre todo, esa cosa inefable y agotadora llamada “Antonio das Mortes” (1968), premio al mejor director en Cannes 1969.
Riverão Sussuarana, prologado en Salvador en 1956 y terminado en Rio en 1977, no traiciona en ninguna página tal perfil voraz y ontopoyético. Es una renovela (novela que recuerda) o desnovela (porque se deshace en vez de hacerse), la versión gonzo de Euclides da Cunha, parodia-desmitificación de Guima (así llama al escritor mineiro Guimarães Rosa, que es convertido aquí en personaje novelesco). Novela teórica, vanguardista, moderna, revolucionaria, antropofágica. Definición posible del libro: “Da Rosa y el pueblo que fala portugués Bugre misturado a las contribuciones millonarias de todos los errores como quería Oswald de Andrade”.
Glauber dijo en una entrevista: “Guimarães fue mi guía y, al mismo, tiempo, el mito a ser desmitificado. Yo me coloco como el que va a escribir un libro y pide permiso al latifundista, el coronel Guimarães Rosa. El jagunço quiere contar algunas historias que suceden cerca de aquel sertão, como si fuese un pequeño afluente de aquel grande río que él describió”.
Resumen imposible del argumento: “Riverão Sussuarana (Rivo, Riverim, River, Riverun, Riveran, Sussu, Adeodato) es uno de los muchos nombres del protagonista de la ‘renovela’, un jagunço, cuya historia es relatada al Mayor y Maestre Rosa, ‘Embajador Novelista’, por el personaje de Glauber Rocha, un ‘Cine Repórter’, cuyo nombre también toma formas diversas. Es llamado de Glôbe, Grobe, Glaubiru, Grober, Glaudi, su Roxo, hasta que cerca del fin de la ‘desnovela’ fúndese con el ‘Embajador Novelista’ en personaje de Guimarães Rocha, para después volverse Jango Rosa, y al final se desmembrar de nuevo en dos. El viaje que hacen por el sertão – es lisérgica, por mudar de forma y rumbo a cada instante –, acompañados por el Comandante y por su supuesta hija, Linda, les lleva a enveredarse por la historia narrada por Glauber, conduciéndolos al encuentro de Riverão. Este se apasiona por Linda, la cual es hija de Diadorim con Riobaldo, como es revelado, en el inicio del libro, tras ella ‘transar/coger’ con el Mayor Rosa. Este, incluso después de muerto, estaría destinado, junto a Riverão, a luchar por la destrucción del empresario transnacional Karter Bracker, personificación alegórica del ocupante extranjero, que invadió las tierras del sertão y mantiene al pueblo como esclavo en las minas de uranio, las cuales controla, mancomunado con el Senador Lima Ferraz, para tentar descubrir o ‘Geo Fuego’, que estaría en ‘Geo Center’.
Riverão Sussuarana (Editora Record 1978) de Glauber Rocha