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viernes, noviembre 22, 2024

Plá en revista Signos (1973-1975)

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Paranaländer se da un baño de revistas asuncenas de los años 70, ovya kaka, evaluando las evaluaciones parcialistas de Plá sobre hitos del arte y la literatura local.

 

Por: Paranaländer.

 

El primer número de Signos, revista de Letras y Artes, es de octubre de 1973. Indicaba como director a Aurelio González Canale (profesor del Inter y director del colegio San José, famoso por sus poema-postales -a la lluvia, a la banana, juaz), y coordinador a Josefina Plá. En realidad, el factótum de la revista fue la segunda, pues además hizo la tapa (suerte de flores en cardumen, que solo variaba de color en los sucesivos números- trimestrales, al parecer) y las viñetas (luego la secundaría o remplazaría Olga Blinder), además de realizar reseñas y artículos con la firma de J.P. y Abel de la Cruz. Ah, las cartas a la revista se recibían en su casa, calle Estados Unidos 1120.

Son 5 los textos que quiero comentar de este período de la señora Plá: 1, una entrevista con Livio Abramo, “De paso con Livio Abramo”, página 8 del número 8 de abril-junio 1975. 2, entrevista firmada por Abel de la Cruz con João Rossi, “João Rossi, pionero de nuestro aggiornamento plástico”, página 8 del número 5, julio-setiembre 1974. 3, una vindicación del museo de Bellas Artes sin firma, “El Museo de Bellas Artes de Asunción en su nueva época”, página 7, mismo número y año que el anterior. 4, una recordación reivindicativa firmada por J.P. de los 20 años de la Semana de Arte Nuevo del Grupo Arte Nuevo, “A veinte años de la Semana de Arte Moderno”, páginas 5 y 6, número 6, octubre-diciembre de 1974. 5, una recordación positiva de Vya Raity, “A treinta años de Vya Raity”, página 22 del mismo número y año que el anterior.

En suma, tres reivindicaciones y dos entrevistas. La del Museo tiene que ver con Vya Raity, pues el director por entonces del Museo era Sánchez Quell, habitué de la calle Luis Alberto de Herrera n° 62, casa alquilada por el pintor kurepa Líber Friedman, donde se reunían para divertirse (vya, en guaraní), aunque Plá dice que se dedicaban a debates y largas conversas de gran profundidad. No subsume el grupo 1940 a Vya Raity pero define a este sub grupo como su perla más preciada, pues de ella emergieron las grandes figuras literarias del Paraguay moderno por fin reconocido a nivel internacional (Roa y Elvio editados por Losada, Campos Cervera en Bayres, etc.). Por cierto, esta evaluación no coincide con la del poeta Pessolani, que me confesaba: el grupo de 1940 era una de las estéticas que más detestaba y de la cual huía como  Nosferatu de la cruz. Supongo no compartía el programa de Hérib de “belleza útil”. Solo un dato rescato del artículo que Hérib (Campitos lo llama Plá, pues es su sobrino político), que era un crítico de arte muy cabrón, tanto que un artista lo desafío a duelo.

Este artículo de Vya Raity a su vez encaja con la recordación de la Semana de Arte Moderno, pues de los dos participó la propia Plá. Ya conocemos la debilidad de la señora peninsular, nunca ha temido a los parti pris más obscenos. Concluye que el Grupo Arte Nuevo dio el puntapié inicial definitivo al arte paraguayo para su desprovincialización y actualización. No da nombres, pero entre los artistas extranjeros que habían pisado nuestra tierra roja hasta entonces solo encuentra segundones y de tercera y cuarta categoría (sic). Espero que ella no se incluya entre ellos, entre esos extranjeros que no nos trajeron la buena nueva de lo moderno. Un artículo plagado de contradicciones y aporías: dice que antes de tal evento, que causó un salto cuántico en el arte nativo, no había revistas de arte, y hoy, superado tal marasmo, tampoco, juaz. Olvida la buena señora que lo moderno, tal lo estableció Baudelaire, no está en la técnica que deba ser aprendida en ninguna academia o con un maestro, sino en la liberación de la mente de prejuicios y vicios arraigados desde centurias. Un salto por sobre la tradición muchas veces en su avatar extremo.

De las entrevistas, respetuosas casi devotas por sus entrevistados, podemos rescatar: Livio justamente le explica a la Plá que el fin de la enseñanza -en su Taller de adultos del departamento de Cultura Brasileña- es ante todo conservar la personalidad del alumno. Que no quede aplastado bajo el alud de informaciones técnica-teóricas.

João Rossi le cuenta que vio arte paraguayo en la Bienal, que le gusta, pero que “falta mucho camino por recorrer aún”. Recomendaba las obras de Di Lascio, por auténticos y frescos.

 

 

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