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sábado, noviembre 23, 2024

Los retos de la ANR para conservar el poder

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[EDITORIAL DE EL TRUENO]

El atípico calendario electoral hace que inmediatamente después de las elecciones municipales se precipiten las internas presidenciales de cara a 2023. Las candidaturas en el Partido Colorado, aparentemente, ya están definidas: Hugo Velázquez por el oficialismo y Santiago Peña por Honor Colorado. Se pueden discutir las fortalezas y debilidades de estos candidatos; sin embargo, lo único cierto es que para lograr la continuidad de la ANR en el poder, el coloradismo necesitará la unidad total de sus dos movimientos más importantes.

El mayor capital del Partido Colorado no es solamente la inmensa cantidad de afiliados que tiene, no son sus líderes más convocantes ni los recursos económicos que pueda movilizar. Antes bien, su principal virtud es el altísimo grado de institucionalidad para resolver sus diferencias internas y unificar propósitos. A diferencia del coloradismo, la oposición, durante todo el periodo democrático, nunca pudo consolidar un mecanismo equivalente, nunca pudo forjar reglas estables para aglutinar sus fuerzas.

En este sentido, contrariamente a lo que se suele decir, el rasgo definitorio del Partido Colorado no es el caudillismo, el personalismo o la simple adhesión emotiva de su pueblo a un pasado. En realidad, se caracteriza por la racionalidad política para dirimir conflictos, por su capacidad para trascender liderazgos coyunturales y entender que la unidad es un valor político innegociable. La gimnasia electoral que hace grande al coloradismo descansa en normas que estructuran sus procesos políticos de legitimación, renovando su penetración capilar de todo el territorio paraguayo.

Teniendo en cuenta todo esto, hay que considerar con suma atención los riesgos que pueden representar para los objetivos inmediatos de la ANR que las elecciones internas presidenciales coincidan con la renovación de los miembros de la Junta. El problema no es solo que a la confrontación que implican las internas presidenciales agregará un plus de antagonismo, sino que ambas contiendas tienen propósitos diferentes.

Las internas presidenciales tienen como horizonte la elección de un candidato y el abrazo republicano entorno al mismo, de manera a llegar unidos a las generales para asegurar la victoria. Las elecciones para renovar autoridades de la ANR apuntan a la toma del poder partidario. Son dos objetivos que chocan: las internas se dirigen hacia la unidad, la elección de la Junta posicionará un movimiento por encima del otro. Esto último podría generar rispideces y amenazar el mentado abrazo republicano.

Paraguay se encuentra saliendo de una pandemia donde se demostró la capacidad de la ANR para sortear la adversidad y gobernar en contextos de extrema excepcionalidad. Asimismo, se vive una situación donde la frustración opositora se traduce en ataques permanentes, consignas de odio y fantasías de proscripción del coloradismo. Ante esta realidad, es necesario entender que las internas deben ser una demostración clara de que la ANR discute los grandes temas nacionales y no está encerrada en las anécdotas mezquinas de los dramas personales.

Son tiempos que exigen prudencia y planificación estratégica para la continuidad en el poder, defendiendo la fuerza orgánica y la institucionalidad democrática por sobre las diferencias del momento.

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