Paranaländer entrevista al filósofo asturiano José Manuel Rodríguez Pardo, autor que ha escrito y opinado – de manera provocadora y original- sobre la historia del Paraguay en artículos y libros, que merecen ser releídos y redescubiertos.
Por: Paranaländer.
1. ¿Es la escuela ovetense de Gustavo Bueno la más influyente del pensamiento actual español?
Caracterizar a Gustavo Bueno por haber sido un filósofo con sistema ha sido siempre un mérito (o demérito) exaltado tanto por sus seguidores como sus detractores, respectivamente. Recientemente visioné un vídeo de un joven profesor español, señalando que prefería a Ortega antes que a Bueno, porque Bueno era demasiado pretencioso con su objetivos de sistematizarlo todo, frente a la presunta modestia de Ortega y Gasset. Pero Ortega dijo ante el escritor Azorín que pensar sin sistema era una indecencia, así que estamos en lo mismo. Para ser filósofo necesitas disponer de un sistema de pensamiento, ya sea explícito o implícito. Y no solamente en Oviedo y en España, sino también en muchos lugares del mundo, los seguidores del materialismo filosófico son testimonio de esa importancia. Sin embargo, la dificultad reside en comparar la obra de Bueno con la de otros autores contemporáneos. Bueno confrontó a filósofos que defendían tesis diferentes. Aunque no puede decirse que fueran de sistemas propios, sino extraídas de otros filósofos ligados a otras tradiciones, como Habermas, Popper, Feyerabend, etc. En ese sentido, la obra de Bueno, el materialismo filosófico, que no se restringe a lo que unos presuntos sabios puedan decir en una «escuela ovetense», tiene mucho que decir dentro de la filosofía y el pensamiento en español.
2. Te quería preguntar sobre varios puntos de tu artículo-glosa Dos visiones de Stroessner aparecido en Catoblepas el año 2006 (Reseña de Stroessner, Sindulfo Pérez Moreno y Carlos Meo ,Edición Latinoamericana, Asunción 1980 y Stroessner, Aníbal Miranda ,Miranda y Asociados, Asunción 2004): José Manuel Rodríguez Pardo, Dos visiones de Stroessner, El Catoblepas 58:18, 2006 (nodulo.org)
Primero sobre esta afirmación: “Stroessner es un personaje fundamental en la Historia de su país, gracias a sus treinta y cinco años de gobierno y sus numerosas acciones”. Luego sobre esta: “Miranda no le considera tan cruel como lo han considerado otros estudiosos que elevan a decenas de miles sus víctimas”. Y sobre esta otra: “Miranda afirma con rotundidad: «Con fundamento se puede afirmar que bajo Stroessner se hizo muchísimo más en lo material que durante las ocho décadas de precedentes gobiernos Colorados, Liberales, militares y de otro signo. Les superó largamente a todos ellos juntos» (pág. 87).
En efecto, justo ese año escribí una reseña dual, porque abarcó dos libros, comparando la obra de Carlos Meo y Sindulfo Pérez con el de Aníbal Miranda, ambas obras tituladas de forma poco original Stroessner, pero con contenidos muy diferentes. La primera, una hagiografía de quien gobernó el Paraguay desde 1954 hasta 1989, donde por momentos se le compara nada menos que con general Clausewitz; la segunda, una investigación periodística-historiográfica sobre los orígenes de Stroessner, su gobierno y su final en el exilio justo ese año 2006, olvidado en todos los sentidos, pues eludió la justicia local e internacional, al contrario de contemporáneos suyos como Pinochet o Videla. Me llamó la atención del segundo libro que, pese a haber sido víctima de tortura durante su régimen, Miranda tratara la vida de Stroessner con gran objetividad: treinta y cinco años superan con mucho a la duración de cualquier gobierno en el Paraguay en el siglo XX. Obras no solo infraestructurales (carreteras, represas, ciudades), sino también políticas: expansión de las relaciones internacionales, especialmente con Europa, EEUU, Asia y sus hasta entonces odiados vecinos Brasil y Argentina. En ese aspecto, Stroessner en tres décadas y media logró lo que gobiernos débiles e inestables no lograron en ocho décadas.
3. ¿Con Stroessner, Paraguay comienza a tener un esbozo de estado moderno?
Ninguna nación nace de la nada por la gran obra de hombres providenciales, y el Paraguay no es una excepción. Ya acudiendo a la famosa efeméride del 14 de Mayo de 1811, considerada bicentenario del país, observamos que no se proclamó ninguna independencia sino la formación de una Junta local en Asunción de los derechos de Fernando VII, que buscaba mantenerse dentro de la órbita de la Junta proclamada un año antes en Buenos Aires. Fue el Doctor Francia quien proclamó en 1813 la independencia de «la primera República del Sud», hecho equiparable al de la proclamación de las Provincias Unidas del Río de la Plata o la Gran Colombia; su sucesor Carlos Antonio López en 1842 proclamó la independencia del Paraguay (hechos ignorados por presuntos historiadores positivos, que publicaron sus con grandes fastos y pompas en el reciente bicentenario, como señalé en mi libro La independencia del Paraguay no fue proclamada en 1811). Es obvio que ni siquiera en la proclamación de López se podía hablar de un estado plenamente conformado: ni había unas fronteras conformadas como tales (la Guerra de la Triple Alianza y la Guerra del Chaco son resultado de esa indefinición de límites), ni tampoco de inicio había todos los elementos propios de un estado, como un ejército regular, una sociedad civil o unas relaciones internacionales (recordemos que López fue el «obrero máximo»: presidente, periodista, historiador, diplomático…). En ese sentido, en tiempos de Stroessner se realizaron obras muy importantes, especialmente a nivel de comunicaciones, legales, de relaciones internacionales, etc., que como dijimos en nuestra anterior respuesta, superaron a todos sus antecesores juntos. Tomando todo esto, sí puede decirse que Stroessner puso las bases de un estado moderno en el Paraguay, ya perfectamente definido en todos los ámbitos.
4. El primer código laboral moderno, es obra stronista, según una reciente tesis de Ignacio González.
Seguramente sea así. No puedo corroborarlo, aunque tras la Segunda Guerra Mundial se configuran las bases en prácticamente todo el mundo en materia laboral y social, solamente puestas en entredicho y modificadas con el proceso de globalización que actualmente vivimos.
5. ¿En España ha llamado la atención la figura de Stroessner?
La verdad, en España no conozco más referencias que la que yo realicé hace ya justo quince años. Lo cual no quiere decir que no existan, habría que corroborarlo. En lo que se refiere a mi artículo, hace ya cuatro años una estudiante brasilera de la Maestría en Historia se interesó por mi trabajo, pero más allá de esta mención no conozco a nadie más (salvando a mi entrevistador, a quien agradezco la oportunidad que me brinda) que haya mostrado este interés.
José Manuel Rodríguez Pardo, Gijón, España 1976. Presidente del 39 Congreso de Filósofos Jóvenes (Gijón 2002), es Doctor en filosofía por la Universidad de Oviedo (junio 2004). Miembro del consejo de redacción de El Catoblepas desde su inicio. Autor de El alma de los brutos en el entorno del padre Feijoo (Pentalfa, Oviedo 2008) y La independencia del Paraguay no fue proclamada en 1811, Servilibro, Asunción, 2013
