El senador colorado intentará nuevamente obtener el beneplácito de sus colegas para poder convertirse en representante ante la OEA. El legislador hace esfuerzos de última hora para convencerlos de que le permitan irse al país del norte.
El senador Enrique Riera se juega este miércoles la última carta por lograr obtener el esquivo acuerdo constitucional del Senado para su designación como representante permanente del Paraguay ante la Organización de los Estados Americanos (OEA).
La cuestión está acabando con los nervios del parlamentario. Y hoy, precisamente, quedó reflejada esta situación.
Cuando su par, Enrique Baccheta, manifestaba ante la prensa acreditada en el Legislativo que su bancada no apoyaba la ida de Riera a Washington, explicando que ellos consideran que el mismo debería permanecer en el Senado, justo el aludido salía de la oficina de la senadora Hermenilda Alvarenga, encontrándolo al primero efectuando las declaraciones contra su nombramiento.
Riera prácticamente “arrancó” a Bacchetta del lado de los periodistas y se lo llevó del brazo diciéndole: “¿Puedo hablar un poco contigo?”, a lo que su colega, entre risas, seguía los pasos del candidato a embajador.
En el camino, una periodista le consultó a Riera si creía seguir teniendo el apoyo del presidente del Congreso, Óscar “Chachito” Salomón, a lo que respondió que estimaba continuar conservándolo.
Riera genera la división al interior del Partido Colorado y del Liberal, así como el abierto rechazo del Frente Guasu. Algunos senadores alegan haber sido maltratados por Riera en algún momento de su gestión parlamentaria, mientras otros le reprochan haber impulsado contra viento y marea la ley que aumentó la pena a las invasiones de tierra.
La interna colorada ya parece jugar un papel fundamental en el tema, ya que de pedir permiso Riera, asumiría Bernardo “Lalo” Villalba que milita en el movimiento Honor Colorado, lo cual no gusta a otros legisladores.
En todos los casos, Riera parece no querer dar el brazo a torcer y mañana buscará nuevamente lograr su nombramiento, aunque más no sea por un año y medio, como representante ante la OEA.
