Derian Passaglia se pasó el 2021 viendo comedias románticas, «ese gran invento de la industria hollywoodense» según sus palabras. Acá la primera parte de su listado.
Este año lo voy a recordar como el del barbijo por debajo de la nariz o usado como muñequera, el de la gran mudanza a un nuevo barrio (adiós norte, hola sur), el año psicótico para los profesores de secundaria que improvisamos sobre la marcha, peor que en el 2020, y finalmente el año en que vi muchas comedias románticas. ¿Qué se me dio? No sé, pero en algún momento sentí la necesidad de explorar el género, y todavía uno más específico: comedia de adolescentes en secundarias y universidades. Es quizá el gran invento de la industria hollywoodense a la cultura. Acá va la primera parte, por orden, de atrás para adelante:
14) No es otra tonta película americana (Joel Gallen, 2001). Reproduce de manera consciente todos los estereotipos de este tipo de pelis, ambientadas en institutos: está el capitán del equipo, la rubia tarada, la dark, los freaks, los nerds. Tiene la particularidad de que es escatológica y que no le importa que digan sobre ella porque su público está asegurado.
13) The comfort of strangers (Paul Schrader, 1990). Schrader es el Dostoievski del cine. Personajes atormentados, ambientes turbios y realistas, contrariedades y drama psicológico. Acá reversiona La muerte en Venecia con guión de Harold Pinter. Una Venecia verdadera, donde se puede sentir hasta el olor en los puentes y rincones oscuros de la ciudad. Trabaja Christopher Walken.
12) The Game (David Fincher, 1997). Un gran tópico de los noventa en la representación del cine fue el de los nuevos ricos, esa gente que se viste de blanco y toma tragos entre palmeras. Los ricos son una logia, una secta, ni siquiera una clase social para esta película. Los ricos están siempre solos. El final es brillante y ridículo a la vez.
11) El diario de Bridget Jones (Sharon Maguire, 2001). ¿Cómo no la vi antes? Un clásico. La mejor escena es la de ella cantando a los gritos All by Myself de Celine Dion, mientras escribe en su diario, en bata, sola y deprimida porque tiene treinta años y no tiene novio.
10) New Rose Hotel (Abel Ferrara, 1998). Cyberpunk en su máximo esplendor, Asia Argento bailando en ropa interior en el caño de un boliche, Christopher Walken, otra vez, perturbado con su frente ancha, y Willem Defoe loco y desesperado. Años noventa vengan a nosotros con su furia, exceso y sordidez.
9) Carrera contra la muerte (Paul Michael Glaser, 1987). Arnold Schwarzenegger es un preso que sale de la cárcel para participar de un reality show donde se juegan carreras a muerte. Esta descripción debería ser motivo suficiente para verla una vez por año.
8) Strange days (Kathryn Bigelow, 1995). Otra cyberpunk de profecía más cercana a nuestra realidad. En la ciudad de Los Ángeles, mientras esperan la llegada del año 2000 entre manifestaciones de gente negra que reclama por sus derechos, la gente puede comprar en el mercado negro recuerdos de otras personas mediante clips que se reproducen en la mente. Es como una droga, y la peli también.