Paranaländer se zambulle en las procelosas aguas de las voces sexuales del Vocabulario de Montoya (1640), saltando de una maravilla a otra, chuleando censores invisibles o capangas de dios.
Por: Paranaländer.
Consultando el Vocabulario de Montoya (no usé la edición príncipe de 1640, concluida el día de mi cumpleaños, el 5 de diciembre, del año anterior, es decir, 1639 según los expertos, sino la edición Viena-Paris 1876, en dos partes: 1, el vocabulario español-guarani (tupi) y 2, tesoro guarani (tupi)-español, que no incorpora los añadidos de la edición de Restivo del Arte y Vocabulario de 1724), aparece una vez la voz “doncella” y dos veces “donzella”.
El contexto es estrictamente sexual, mujer de existencia sin mancha o virgen (cuña maraney ecó), que aún no fue corrompida (amboaí), rota (amondorg), liberada o suelta (ambosoro), agujereada (ymboquá pyrey), dueña de su sexo (yquarymbaé), no manoseada o acariciada (yñatoi ymbaé), no embaraza (amombú).
La edición del 2002 está con la grafía actualizada. Ej.:
Ambokua: ambosoro, amondoro, echar a perder doncella (Vocabulario de la Lengua Guarani, Antonio Ruiz de Montoya, 2002).
Echar a perder, Amômbochy: Amomegüá
Echar a perder doncella: Amômbochy: Amboquá: Amboçorog: Amondorog
Echarse a perder la doncella. Oñe mombôchy, cuña mbucü: Oñemboquá.
Forçar doncella, Amombu: Amômbochy: Amboquä: Amboçorog (Hemẽmboaçype.)
Corromper, Amboaí (bo).
Corromper— donzella, Amômbú (ca): Amômbochy (pa): Amboquá: Amboaí (bo): Arnboçorog (ca): Amondorog.
Donzella, Cuña maraney: Yquarymbaé: Yñátoi ymbaé: Ndiquárabae: Ymboquá pyrey: Ypypirá ymbaé.
Mezclar, Aymona: Amboyopárá
Rasgar, Amondorog: Ambo ai
Castidad del varón, Aba cuña rehé tequarey haba: Cuña mbotárey ma.
— de la muger, Cuña aba rehé tequá rey haba. —,
estado de virginidad de la muger, Cuña maraney ecó: Yñatoi nda bey eco: Yquárym baeha.
Virgen, Yquarymbae: Máráney: Y mombu pyrey: Aba rí by harymbae: Yñá toi mbirey.
Virginidad, Maraney nhába: Yquarey há.
Interesante el concepto de oído introducido en la introducción de 1876:
“La. mayor parte de las pequeñas variaciones que se notan proceden principalmente de los oídos de los intérpretes de nacionalidades diferente que las han reducido a escrito”.
Es lo que he rescatado en tópico sexual -obviamente muy censurado por los jesuitas- en una breve ojeada de las hojas hoy digitalizadas de la obra montoyana (recordemos que Cadogan empezó a trabajar en serio cuando le regalaron un Montoya en papel).