Paranaländer sabe que los motivos para visitar Paraguay son muy variados, pero no deja de divertirse con locos lindos como Attenborough que lo hizo en la época de Stroessner gritando a los 4 vientos que venía por tatu.
Por: Paranaländer.
“Cuando los paraguayos nos preguntaron el motivo de nuestro viaje a su país, me limito a responder: «Estamos aquí para buscar tatu». Pensé que tatu significaba «armadillo», si no en español, en guaraní, el otro idioma oficial de Paraguay, pero mi respuesta siempre tuvo el mismo efecto: carcajadas. Al principio pensé que por alguna razón los cazadores de armadillos parecían irresistiblemente cómicos para los paraguayos. Más tarde esta explicación me pareció simplista. Cuando un anciano funcionario del Banco Nacional de Paraguay tuvo un ataque de risa casi histérico, me pareció que había llegado el momento de resolver el misterio. Sin embargo, antes de que pudiera interrogarlo, el funcionario me preguntó: «¿Qué tipo de tatu?». Sabía cómo responder. «Tatu negro, tatu peludo, tatu naranja, tatu gigante: todos los tatu que se encuentran en Paraguay».
Esto me hace acordar al escritor español Ernesto Giménez Caballero, quien por la misma época (1958) escribió en su “Revelación del Paraguay”, que uno de los motivos para visitar el Paraguay era para ver a sus yiyis cariátides, esas mujeres vendedoras casa por casa, descalzas, con sus cestos de huevo y frutas equilibrados sobres sus cabezas. Aquí es para ver a los armadillos o tatu. David Attenborough, científico y divulgador televisivo, que desde los años 50 en la tv británica ha mostrado las especies que esconden los países más remotos como Sierra Leona, Borneo, Bali, Australia, Paraguay, país que visitó y filmó como se puede ver en el sitio de la BBC: (5) Watch | Facebook
El backstage de sus viajes de filmación y recolección de especies animales está narrado de forma muy amena y de hábil escritor en “Avventure di un giovane naturalista” (2017, original 1980), cuya sección “Libro terzo, Zoo Quest in Paraguay”, es una reedición del libro del mismo título del año 1959.
Un resumen apretado de los capítulos 21-30 que se los dedica a su viaje al Paraguay, sería algo así: empieza explicando porqué el tatu es tan importante para él (representa a una especie superviviente de eras geológicas ya superadas, un descendiente del gliptodonte o tatu guazu), su llegada a Asunción y las risas cuando declara su motivo de visita, le regala una guitarra un luthier luqueño, que lleva sus iniciales en el mango de marfil, Attenborough ya conocía la música folklórica paraguaya en Europa, aprendemos cuál es la dieta para que un tatu carreta no se muera de hambre: 2 latas de lengua de cordero y una de leche condensada sin azúcar, contratan como interprete a Sandy Wood ( de la colonia Nueva Australia, sospechamos será pariente del historietista Robin), van remontando el Jejuí con Cassel, embarcación donada por un ciudadano británico dueño de una fábrica de carne enlatada en el país (el famoso corned beef o vaka-i), persiguen un tatu carreta hasta Concepción, en Yrybu kuá (Curuguaty) hay como una moraleja sobre la naturaleza al ver el relevo o posta sádica interminable o full time de mosquitos a mbarigüí y de estos a los polvorines, quedan seducidos por el mate y el tereré, los indios no son acosados por los insectos, describe una batalla vocal de pájaros campanas, les ponen nombres de vinos a los 4 tatu de Yrybu kuá, los tatu pueden caminar bajo el agua, los maká del Chaco les recuerdan a la grabación de una voz en inglés reproducida al revés, los colibríes chaqueños son polígamos, la dieta del tatu hu, de la tatu naranja (bolita) y tatu peludo chaqueños es de huevos y leche pero para que no tengan diarrea debe hacerse un puré con la tierra…