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viernes, noviembre 22, 2024

La apuesta «oviedista» de Fernando Lugo

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Lugo tendría como principal objetivo mantenerse como tercera fuerza electoral en el Senado y así conservar su posición de árbitro entre oficialismo y oposición. Su modelo sería el del ex Gral. Lino César Oviedo, quien tenía bien claro la importancia de ser la «bisagra» en las negociaciones de los espacios de poder.

En el campo opositor existen solo dos actores políticos que tienen «votos duros». En primer lugar, el PLRA con el liderazgo indiscutido de Efraín Alegre. En segundo lugar, el expresidente Lugo, dueño exclusivo de los votos del Frente Guasu. La negociación real se da entre estos actores, el resto son personajes de reparto, con la misión de dar un barniz de diversidad, pluralismo y participación.

Según fuentes de El Trueno, Lugo estaría buscando mantenerse como tercera fuerza electoral en el Senado, para conservar su posición de árbitro entre oficialismo y oposición.
Según dicen, en reuniones de análisis político, el expresidente suele referir como su modelo al ex Gral. Lino César Oviedo, quien tenía bien claro la importancia de ser un sólido tercer espacio para negociar los diferentes cupos de poder en juego.

Para Lugo, la posibilidad de derrotar a la ANR en las presidenciales hoy por hoy no seria una prioridad. Contra el relato épico de las presidenciales como «madre de todas las batallas» y contra los eslóganes polarizantes del tipo «Patria o Mafia», el exobispo escruta sus cartas con serenidad, esgrime condiciones inaceptables a sus aliados y promueve candidatos alternativos a su propio espacio político. Mientras tanto, afianza su único proyecto: conservar su peso relativo en el Senado, de modo a seguir incidiendo en la estructura del Estado.

Entre la incertidumbre de la alternancia política bajo el liderazgo de Efraín y la certeza de sus posiciones ganadas en el sistema político, Lugo, sostienen quienes están cerca de él, prefiere lo segundo.
Lejos del milenarismo de la izquierda de otros tiempos, lejos de llamados de rupturas y refundaciones, el líder del Frente Guasu analiza el panorama desde el discreto encanto del status quo.

En esto también hay razones de ego, opinan sus detractores de la concertación, quienes impacientes entran en el terreno de la especulación psicológica y afirman que el expresidente no está dispuesto a dejar de ser el único político que logró derrotar electoralmente a la ANR en toda la historia, si consideramos que las escasas elecciones del siglo pasado fueron altamente dudosas en su calidad institucional.

En los últimos meses, Lugo incluso filtró a la prensa que no iría por un nuevo periodo parlamentario y que se estaría retirando de la política. Hoy se sabe que esto habría sido tan solo una amenaza a los integrantes del Frente Guasu que quieren apurar un acuerdo con la concertación. Fue sobre todo un llamado de atención a Esperanza Martínez, que luego de ganar su mini interna, mostró excesivo interés por sumarse al frente opositor.

La mayor preocupación de Lugo es una lista de senadores sin cabeza presidencial, fagocitada en medio de la diversidad de propuestas de la concertación. Ser una lista más, entre las que se neutralizarán en beneficio de la estructura de la ANR y del PLRA, es el peor escenario que analiza el luguismo.

Genera terror la posibilidad de un futuro congreso bipartidista, algo que avizoran diferentes analistas políticos, teniendo en cuenta que los partidos tradicionales fueron los grandes ganadores del desbloqueo de listas en las elecciones municipales pasadas.

De este modo, la oposición está aun lejos de consolidar un frente unificado contra el Partido Colorado y es probable que Lugo espere hasta diciembre para analizar un «pacto político» con el que resulte ganador de las internas de la concertación opositora. Tampoco se descarta que continue hasta el final, apoyando candidaturas presidenciales propias, con el fin exclusivo de no debilitar a su lista parlamentaria.

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