Después del golpe recibido por el Gobierno de Estados Unidos, el cartismo trata de defenderse utilizando noticias que al poco tiempo de ser divulgadas terminan siendo desmentidas.
El cartismo sigue sin asimilar el golpe recibido por el Gobierno de los Estados Unidos y, en una analogía con el boxeo, sigue tambaleando escuchando el conteo del arbitro.
Luego de la declaración de “significativamente corrupto” que se ganó Horacio Cartes, desde ese sector ven como los que fueran sus aliados van inclinándose al voto favorable para enjuiciar a Sandra Quiñonez, titular de uno de los bastiones más fuertes del exmandatario.
Para intentar insuflar ánimo a sus tropas el cartismo viene echando mano a fake news que no tardan en ser desmentidas, involucrando hasta a la misma Iglesia Católica.
En una rara mezcla de argumentos para defender a la fiscal general del Estado, el diputado Basilio “Bachi” Núñez leyó en plena sesión de la Cámara Baja unos dichos que atribuyó al monseñor Adalberto Martínez, donde supuestamente pedía a los Estados Unidos no inmiscuirse en la política paraguaya, lo cual fue brutalmente desmentido minutos después.
Como la fake news de Bachi fue rapidamente desmentida por la Conferencia Episcopal Paraguaya, entonces se buscó otra. Los diputados y medios del expresidente salieron a decir que el intento de juicio político respondía a la intención de dejar a la esposa de Hugo Velázquez en el cargo.
Con la misma velocidad se desmintió aquello, ya que la ley orgánica del Ministerio Público establece que en caso de acefalía el cargo de fiscal general recaerá sobre el fiscal adjunto penal más antiguo, que en este caso es Marcos Alcaraz y no Lourdes Samaniego. Al parecer ni siquiera es segunda en la línea de sucesión.
Por el desprestigio creciente, la devaluación de todo capital social y el notable retroceso de su fuerza política, el cartismo se encuentra gravemente herido.
Un reflejo de esto es el accionar confuso y tambaleante de su maquinaria comunicacional, arrojando teorías del complot, batallas épicas imaginarias, desesperadas mentiras y hasta risibles poses de nacionalismo de los que ayer nomás pedían usar y abusar del Paraguay.