Paranaländer toma el Argentina Railway y la Estrada de Ferro Madeira Mamoré, actúa en una miniserie de la Red Globo junto a Toni Ramos, toma soda water y contempla el golpe liberal de Schaerer como anuncio publicitario de PBT.
“En 1911-1912 el consorcio norteamericano Farquhar se volvió muy influyente en Paraguay luego de haber hecho grandes inversiones en Brasil y Argentina. Financió en gran medida la revuelta de la facción radical del Partido Liberal, que llevó al poder a Eduardo Schaerer en 1912. Esta victoria política le permitió al consorcio hacer grandes inversiones en el Paraguay. Mediante la compra de la mayoría de las acciones de LIPSA (La Industrial Paraguaya S.A., en agosto de 1912), de la Compañía de Ferrocarriles, de una gran empresa ganadera en el Chaco y de bosques en el Paraguay Oriental, el consorcio adquirió propiedades que abarcaban una extensión total de más de 22.000 millas cuadradas, equivalentes al 70 % del área de Escocia. En 1915, de acuerdo con el mapa de Anuario Sudamericano, el sindicato era dueño de un tercio de la tierra al este del río Paraguay y de un sexto de la tierra del Chaco, esto es, de un total de 100.000 km2. La crisis financiera europea, que desencadenó la Primera Guerra Mundial, llevó al consorcio a la bancarrota”.
(“Paraguay Rural 1870-1863. Una geografía del progreso, del pillaje y la pobreza”, Kleinpenning, 2024, Tiempo de Historia, 302-302 pp.)
El hombre por detrás de este consorcio inversor en Argentina, Brasil y Paraguay era el cuáquero Percival Farquhar. Es el epítome del titán de la inversión del capitalismo dorado de inicios del siglo XX, ese que prestaba o direccionaba capitales hacia Latinoamérica, mucha veces apostando en empresas megalomaníacas como la del ferrocarril amazoniense Estrada de Ferro Madeira-Mamoré (EFMM), que hasta ha merecido en 2005 una miniserie de la Globo (el tycoon es interpretado por ¡Toni Ramos!:
Mad Maria Capítulo 01 Parte 1 de 3 – YouTube
Entre el señor Burns de los Simpsons (“Yo puedo financiar cualquier cosa”) y esa de los visionarios delirantes como el Fitzcarraldo retratado por Herzog (que quiso construir en Manaos una Ópera) son los extremos de su imagen pública controvertida que sus biógrafos han resaltado.
La revista PBT de agosto de 1913 lo describe así: “misterioso personaje de la Argentina Railway Company que se hará propietaria (sic) de todos los ferrocarriles, todos los bancos y todas las tierras de nuestro país, nombrará diputados y senadores por concurso y presidentes por licitación…”
Su gira por varias ciudades argentinas también mereció una nota sardónica de PBT: “Toma soda water. Tiene 42 años. Explicó que ’vine a conocer rico país’”.