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viernes, noviembre 22, 2024

Los sonetos a Orfeo- Parte Cuatro

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Derian Passaglia prosigue su traducción de los poemas de Rainer Maria Rilke.

Otros tres poemas de Rilke. A medida que se avanza en su lectura y en su traducción, se va poniendo cada vez más oscuro y críptico. No hay que volverse loco desentrañando significados. Se lo lee como a un profeta: grandes verdades, grandes anuncios, grandes consejos que debemos recibir como la eucaristía.

Siglos después, Rilke nos habla a nosotros. Lo que nos dice no importa tanto si lo comparamos con cómo lo dice. Sus argumentos provienen de la naturaleza. Esa es su sabiduría. De ahí proviene esa sensación de totalidad, de grandeza. Lo natural no se discute, es un hecho, está a la vista, y solo se puede sentir.

 

X

Vos que nunca te fuiste de mis sentimientos

te saludo, antiguo sarcófago,

las alegres aguas de los días romanos

como una canción que atraviesa el camino.

 

O aquellos tan abiertos como los ojos

de un pastor feliz que despierta

(lleno de inquietud y miel)

de un enjambre de mariposas encantadas;

 

a todo lo que arrebata la duda

saludo, mundo recobrado,

que ya sabe lo que significa el silencio.

 

¿Sabemos, amigos, o no sabemos?

Ambos forman la hora vacilante

en el rostro humano.

 

XI

Mirá el cielo: ¿alguna constelación se llama “caballero”?

Porque está extrañamente grabado en nosotros:

este orgullo de la tierra. Y un otro

que lo conduce y lo sostiene y a quien lleva.

 

¿No es cazada y luego domesticada

esta naturaleza nerviosa del ser?

Camino y a la vuelta. La presión se comunica.

Nueva lejanía. Y los dos son uno.

 

¿Pero existen? ¿O significa que ambos

no son el camino que hacen juntos?

Los separan sin nombre la mesa y el pasto.

 

La conexión estelar también es engañosa.

Pero vamos a estar bien un tiempo ahora,

a creer en la figura. Es suficiente.

 

XII

Gloria al espíritu que nos une,

porque realmente vivimos en imágenes.

Y con pequeño paso siguen los relojes

andando junto a nuestro día real.

 

Sin saber nuestro verdadero lugar,

vivimos en auténtica relación.

Las antenas sienten las antenas,

y el vacío lejano ilusiona…

 

Pura emoción. ¡Música de fuerzas!

¿No es por los negocios livianos

que cada perturbación te distrae?

 

Incluso si el agricultor se preocupa y actúa

la semilla se convierte en verano,

nunca es suficiente. La Tierra da.

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