Paranaländer se pasea entre los censos y prejuicios de un estereotipado estadístico argentino de ideología liberal de visita por Paraguay a fines del siglo XIX.
Gabriel Carrasco, un estadístico argentino, cuando pisa tierra paraguaya, está cargado de los siguientes lastres: anti idioma guarani, anti pety (tabaco) y anti pynandí (descalzos):
“la mujer indígena, descalza, como lo están casi todas ellas, cubierta con el clásico tipoy”.
“lo que desde luego me ha chocado, es el abuso del tabaco que se comete aquí por todo el mundo, grandes y chicos, hombres y mujeres, (estas de la clase popular solamente) transitan por las calles llevando en la boca un tremendo cigarro.”
Carrasco, a pesar de estar ideologizado hasta los huesos húmeros por el imaginario liberal, mitrista, facundiano, de que el Paraguay de los 3 tiranos (Francia y los López) nunc salió del atraso, les “reconoce que los edificios que datan de la época de López son importantes, por ej, declara que “el grandioso palacio que hizo construir para su morada, de tres pisos y estilo similar al del “alcázar de Sevilla”.
La Casa de Gobierno (Palacio de López) “una vez terminada su reconstrucción, será de las mejores de nuestra América”.
El teatro inconcluso de López, al estilo Scala de Milán, le parece “ciclópeo”, y que terminado será el “más hermoso y amplio” de toda América”.
Sobre La catedral, de la era de Carlos Antonio López, consigna: “edificio notable y bellamente decorado”.
Sobre las mujeres en el Mercado Guasú y su vicio imponderable por el cigarro poguazú:
“Como la coquetería femenina no pierde sus derechos ni aun en medio de un mercado, muchas de las vendedoras estaban adornadas de flores, con claveles y rosas prendidas entre sus abultadas trenzas. El cigarro, vicio orgánico de la mujer paraguaya, de baja clase, afeaba sus bocas, de las cuales salían torrentes de humo!”.
Resume su impresión sobre Asunción como ciudad jardín:
“Aquí, todo esto es bellísimo en lo que en otras partes se llama el invierno. La Asunción, fundada a la margen del río Paraguay, en un terreno alto y ondulado es, puede decirse, un hermoso jardín cubierto de casas.”
Sentencia que lo que le salva a la atrasada y pobre Paraguay es su naturaleza:
“La Asunción, y en general el Río de la Plata, comprendiendo en él la República del Paraguay, es el regalo de boda que la Providencia ofrece a los hombres de Europa, hoy condensados en una superficie estrecha para contenerlos”.
Sobre su trabajo que lo hizo llegar a nuestro país rescatamos los siguientes datos :
“Censo de 1899:
Indios no civilizados (cálculo): 100.000”.
“La población según sus defectos físicos por cada 100.000 habitantes:
Sordomudos: Paraguay 39, Argentina 142,
Idiotas: Paraguay 9, Argentina 64,
Alienados: Paraguay 23, Argentina 67,
Ciegos: Paraguay 44, Argentina 89,
Inválidos (por guerra 90, por accidentes 382): Paraguay 108, Argentina 124”.
Fuente: “La población del Paraguay antes y después de la guerra”, Gabriel Carrasco, Talleres Nacionales de H. Kraus,1905 (artículos publicados en La Nación de Buenos Aires).
Gabriel Carrasco visita Asunción.
“Representaciones del pasado y del presente paraguayo en las cartas de un estadístico argentino (1888)”, María Gabriela Micheletti, ESTUDIOS PARAGUAYOS, Revista de la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”, Vol. XXXVIII, N° 2 – Asunción del Paraguay – Diciembre 2020