Derian Passaglia prosigue su listado de películas del género cyberpunk de los años 90.
Antes que un estilo, antes que una estética, el cyberpunk es un puñado de temas, una forma de mirar la vida, y unos cuantos elementos: nubes de humo que suben por alcantarillas, luces de neón, chaquetas de cuero negras, prostitutas en polleritas, androides que cobran conciencia, Estados policiales y realidades paralelas. El cyberpunk es nuestro presente, y por eso es la mejor ciencia ficción que se escribió: no se adelanta al tiempo más que unos cuantos años, un par de décadas. No quiere, de hecho, hablar del futuro. Quiere preguntarse quiénes somos, en esta realidad que parece ficticia, y cuál es nuestra verdadera identidad. Philip Dick, el mejor escritor cyberpunk, dijo: “muchos dicen recordar vidas pasadas. Yo sostengo que, en mi caso, recuerdo vidas presentes”.
–El quinto elemento (1997). La única película no yanqui de la lista, que es también otra de las películas de mi infancia. Me flasheó tanto que pasé tardes enteras jugando el juego de El quinto elemento en la computadora, allá en la adolescencia. Está Bruce Willis, está Gary Oldman y una chica pelirroja que no habla, o que casi no habla. Pasa de todo, y al mismo tiempo uno no sabe qué está mirando. Pero eso es bueno, porque esas cosas son las que quedan en la memoria: las imágenes sin trama, la pura imagen del pasado que se vuelve misterio y presencia. Esta película debe verse a los 12 o 13 años. Pero si eso no es posible, no importa, uno debe acomodarse a esa edad para mirarla.
–El vengador del futuro (1990). Durante un tiempo solía pasárselas a mis alumnos, que la miraban con ojos abiertos y totalmente descreídos, ¿qué les hacía ver? Paul Verhoeven es uno de los mejores directores del mundo y Arnold Schwarzenegger es una de las personas más queridas del mundo. Acá se juntan, con Sharon Stone. En el futuro de esta película, ir a Marte es como pasar unas vacaciones en el Caribe: uno puede comprar un boleto en una agencia de viajes. Ahora bien, ese viaje es virtual, y se realiza por medio de un alucinógeno en un laboratorio… Cada vez que se la ve esta película es otra.
–Strangers days (1995). Alta peli que tiene lo que me gusta: pobres incendiando las calles de Los Ángeles, iniciando quizá el camino a la revolución. El futuro de Strangers days es un pasado que no vivimos, ambientado en el año 2000, donde se comercializan clandestinamente los recuerdos y vivencias de otras personas. Esto parece ser adictivo, como una droga, y por eso es ilegal.
–eXistenZ (1999). Dirigida por uno de mis favoritos, David Cronenberg, trata sobre un videojuego del futuro que permite crear en el usuario una experiencia real, tan real que no distingue la ficción de lo real. ¿Hacia eso vamos o ya andamos en esa hace rato? Tiene lo mejor de Cronenberg en esos diseños de formas gomosas, blandas y asquerosas, que dan la idea de lo sobrenatural. El videojuego del futuro se introduce por un tubito amarillo gelatinoso en la espalda y viaja como una sustancia en la sangre.
–Terminator 2 (1991). La volví a ver hace poco. No podía faltar, ¿no? Hasta no hace mucho no había pensado jamás en Terminator como una película cyberpunk, porque más que un género para mí representa un tipo de educación, como se dice, sentimental. En esta película hay mucho de lo que somos, mucho de lo que vivimos, mucho de nuestra capacidad para sentir, ver y pensar… Tuve pesadillas recurrentes con Sarah Connor quemada por una bola de fuego que algún día destruiría la Tierra, mientras ella gritaba y se calcinaba viendo una imagen de sí misma más joven, con su hijo John, jugando en la plaza… Esas imágenes son las que no vamos a olvidar nunca más.