Paranaländer conoce las precoces versiones al español del poeta húngaro Endre Ady (1877-1919), ese pariente de la muerte, con dos mujeres que maldicen sobre su tumba, que canta al oro y la sangre…
“El corazón del mundo. Antología exótica de cuatro continentes” (editorial Cultura, Buenos Aires, 1939) de Pablo Laslo, contiene poemas increíbles generalmente inencontrables en español. Hoy transcribimos 5 poemas de Endre Ady, poeta húngaro nacido en Ermindszent en 1877 y muerto en Budapest en 1919. Su obra completa alcanza los once tomos de poesía, varios libros de prosa, centenares de artículos políticos y literarios.Utilizaba palabras desusadas, rimas sorprendentes y formas enteramente nuevas. Sus traductores al español son además de Laslo, Endre Gaspar y Oscar Brachfeld.
Quisiera Ser Querido
Ni antepasado ni descendiente.
Ni conocido ni pariente.
No soy de nadie.
No soy de nadie.
Soy, como cada hombre, majestad,
Secreto, polo-norte, extraña voluntad,
Fuego fatuo lejano,
Fuego fatuo lejano.
Más, ay, así no puedo quedar,
A todos me quisiera mostrar,
Que me vayan viendo,
Que me vayan viendo.
Por esto: tormentos, canto, gemido,
Quisiera ser querido
Y ser de alguien,
Y ser de alguien.
Sangre y Oro
Me es igual si escucho
Jadear la lujuria, llorar el hambre,
Sonar el oro, correr la sangre.
Estos dos son la vida eterna,
Lo demás no es importante,
Oro y sangre, oro y sangre.
Todo muere, todo pasa,
Canto, gloria, fortuna, decoro,
Más viven siempre la sangre y el oro.
Los pueblos perecen y renacen,
Y es valiente quien cante
Como yo canto: oro y sangre.
Los Salvadores Húngaros
Allí, do la vida es llanto,
Agudos son los dolores:
Los salvadores húngaros,
Son mil veces salvadores.
Mueren cien veces,
La cruz no los ha salvado,
En vano han vivido,
En vano han luchado.
Mis Dos Mujeres
Y moriré, mis días pasarán,
Y solamente dos mujeres
Lo notarán.
Una de ellas mi madre será,
La otra será otra mujer
Que me llorará.
Qué bello será: a una tumba
Dos mujeres me llevarán flores,
…Y maldiciones.
El Pariente De La Muerte
Soy pariente de la muerte,
Amo los amores cansados,
Ansío besar a los que pasan
Abandonados.
Amo a las mujeres marchitas
Que parecen rosas enfermas;
Al otoño pesaroso
Con sus tristeza eternas.
Amo las horas tristes,
El reto de la suerte,
La imagen santa y grande
De la muerte.
Amo a los que se despiden,
A los que velan, a los desconsolados;
En días glaciales,
Amo los campos helados.
Amo la resignación,
La paz, los llantos tiernos,
El refugio de los sabios,
De los poetas y los enfermos.
Amo de los desencantados
Su dolor profundo;
A los inválidos, a los descreídos,
A los tristes…al mundo.
Soy pariente de la muerte,
Amo los amores cansados,
Ansío besar a los que pasan
Abandonados.