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martes, noviembre 26, 2024

La cigarra

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Paranaländer se deja hamacar con el canto litúrgico de las cigarras en un verano sin amores, y viaja al siglo VII antes de Cristo luego de cantar el Ayvu Rapyta mbya guarani para saber más de estos insectos tan locuaces.

 

En estos días de verano parawayensis somos espectadores del canto lujurioso de las cigarras. Esto me ha llevado a cotejar la imagen y representación de la cigarra en culturas tan disímiles como la guaraní y la griega.

El primer ejemplo es sacado del gran poema mbya guarani “Ayvu Rapyta” (1959), recopilado, traducido e interpretado por el antropólogo guaireño León Cadogan. Allí vemos a la cigarra (yrypa, ñakyra pytä, cigarra diminuta, primigenia) como criatura primigenia Del yvy tenonde, “el primer ser que cantó en la morada terrena de nuestro Padre”. Es decir, es el poeta por excelencia para los mbya.También se menciona al guapo’y: especie de cigarra diminuta que vive dentro de las raíces secas del guembe – phylodendron, llamada también guembe paje. Y a la tokoiro: cigarra grande. La “Enciclopedia guaraní-castellano de ciencias naturales y conocimientos paraguayos”(Arte Nuevo, 1985) del Dr.Carlos Gatti dice sobre el ñakyra: “Antiguamente se les llamaba también guyra mimbi. Insecto de la familia Cicadidae, del orden Homoptera. Solo los machos cantan, es decir, producen un sonido estridente, no por medio de la fricción, como lo hacen los grillos y las langostas, sino por medio de un aparato especial, situado en la cara ventral del abdomen,  y formado por dos cavidades con membranas distendidas que funcionan como címbalos movidos por músculos. Cada especie tiene su canto particular y cuanto más grande la especie más grave y potente el canto. Cuando terminan su vida subterránea las ninfas salen y se fijan al tronco de un árbol, rompen la membrana que las encierra y queda libre el insecto adulto. Estas membranas quedan fuertemente adheridas a los árboles y como el insecto al salir abre una sección longitudinal, la membrana queda como un molde perfecto de la cigarra ”.

El segundo ejemplo, de ramificaciones en otros poetas epigonales, procede de la imagen de la cigarra del poeta griego arcaico Arquíloco(siglo VII antes de C.). Aquí el poeta se identifica con la cigarra, cree poseer su cualidad de criatura locuaz pero está contaminada de otros elementos, quizá satíricos. A la cigarra, es decir, al poeta, no hay que provocarle (agarrarle del ala) pues del discurso hermoso (kalós lógos) puede derivar fácilmente al insulto (kakós lógos). En suma, para el griego la cigarra es el poeta, pero también puede significar el poeta enfurecido e injurioso.

 

“El primer ser que cantó en la morada

terrena de nuestro Primer

Padre, el que por primera vez entonó

su lamentación en ella, fué

la «yrypa», la pequeña cigarra colorada.

 

Ñande Ru Tenonde yvy rupa

ogueroñe’e ypy i va’ekue

oguerojae’o ypy i va’ekue,

yrypa i, ñakyrã pytã i.

 

La cigarra colorada originaria está

en las afueras del paraíso de nuestro

Padre: es solamente una imagen

de ella la que queda en la morada

terrenal.

 

Yrypa yma oime ñande Ru yva

rokáre: a’anga i te ma ãgỹ opyta

va’e yvy rupáre”.

 

Arquíloco se compara con la cigarra, que canta de todos modos y más si se la coge del ala —es decir, el poeta es de por sí violento e injurioso y más si alguien como Licambes le excita.

(Fr. 24.)

 

24 (A Diehl)

“Has cogido del ala a una cigarra”.

Según se deduce de la cita y las imitaciones referidas(Luciano, Pseudologista I, e imitado por Constantino de Rodas en su ataque contra Teodoro y por Leo Philosophus), Arquíloco se comparaba a la cigarra, de por sí locuaz, pero que si la excitan cuando permanece callada — como hacía Arquíloco— canta con mayor violencia. Arquíloco se llamaba a sí mismo lálos «charlatán» (o hablaba de laleín «charlar»).

Estesícoro en un poema ante los locrios (¿o hay que traducir que en un poema Los locrios?) dice que no hay que tener soberbia «para que las cigarras no canten desde el suelo».

 

 

fuentes: “Ayvu Rapyta. Textos míticos de los Mbyá-Guaraní del Guairá”, Léon Cadogan (SÃO PAULO, BRASIL 1959).

“El mundo de la lírica griega antigua”, Francisco Rodríguez Adrados (Madrid, ESPAÑA, 1981)

 

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