Paranaländer versiona al guarani-jopara la poesía nahua atribuida a un poeta-coyote, poeta gobernante supremo de los mexicas, príncipe-cuicapicque, ‘forjador de cantos’.
Los teo-cuícatl, ‘cantos divinos’, es decir, composiciones en honor de los dioses, son himnos sagrados, como los de la colección de veinte, incluida en el Códice matritense o los que aparecen en otras fuentes, entre ellas la Historia tolteca-chichimeca y el manuscrito de Cantares mexicanos de la Biblioteca Nacional de México.
Los yao-cuícatl, ‘cantos de guerra’, concebidos para exaltar las hazañas de los grandes guerreros. Se encuentran en el citado manuscrito de Cantares mexicanos y en otras varias fuentes.
Los xopan-cuícatl y xochi-cuícatl, ‘cantos de tiempo de verdor’ y ‘cantos de flores’, en los que se evoca lo que hay de bueno en la tierra, la amistad, el amor, la belleza de los bosques y las flores, el deleite que cabe derivar de la poesía. Las muestras que se ofrecen aquí proceden de las colecciones de cantares.
Los icno-cuícatl, ‘cantos de privación’ o de reflexión profunda, meditación y búsqueda a la manera filosófica. Son estas composiciones el mejor testimonio del desarrollo intelectual alcanzado por los nahuas.
Sus autores fueron cuicapicque, ‘forjadores de cantos’ o tlamatinime, ‘sabios’, varios de ellos personas cuyas vidas pueden conocerse a través de la documentación que se conserva. Proceden de las colecciones de cantares de la tradición prehispánica (los conservados en las bibliotecas Nacional de México y de la Universidad de Texas, en Austin). Los teocuícatl están tomados de la colección de “Veinte himnos sacros” del Códice Matritense del Real Palacio y también del manuscrito que ostenta el curioso título de Romances de los señores de Nueva España, preservado en la Biblioteca de la Universidad de Texas.
Nezahualcóyotl (1402-1472), al salir el sol del 28 de abril de 1402, que entonces se llamaba Ce mázatl o 1 Venado, del año Ce tochtli o 1 Conejo, nació en Tezcoco, capital del señorío de Acolhuacan situada al noreste del Valle de México y al borde del gran lago, el príncipe Acolmiztli Nezahualcóyotl, nombres que significan brazo o fuerza de león y coyote hambriento o ayunado, respectivamente), vivió una juventud azarosa, perseguido por sus enemigos, los tecpanecas de Azcapotzalco. Aliado de los señores mexicas, logró recuperar su trono y en 1431, justamente en el mismo año en que empezó también a gobernar Pachacuti en el Cuzco, se estableció él como tlatoani (gobernante supremo de los mexicas) en Tetzcoco. En los cuarenta años que gobernó hizo florecer las artes y la cultura. Edificó grandes palacios y templos y fue consejero de los reyes mexicas. Como arquitecto e ingeniero dirigió la construcción de calzadas, las obras de introducción de agua potable a México, la edificación de diques y albarradas. Como legislador, promulgó sabias leyes. Hombre en extremo religioso, de él se conserva una treintena de composiciones, testimonio de su sensibilidad y hondo pensamiento.
[Alegraos…]
Pe Vy’ake
Alegraos con las flores que embriagan,
Pe vy’amikena umi ybotyndi ñande monga’upaitevagui,
las que están en nuestras manos.
ñande pope hendypáva.
Que sean puestos ya
Ñamo’ikema va’era
los collares de flores.
umi ybotyjegua.
Nuestras flores del tiempo de lluvia,
Ñande yboty ama árapegua,
fragantes flores,
yboty ry’akuavu,
abren ya sus corolas.
ombojera mba’e porá,
Por allí anda el ave,
Perupi guyra opurahéi
parlotea y canta,
oñe’ë ha opopo.
viene a conocer la casa del dios.
Tupá rógape oikese,
Sólo con nuestras flores
Pe yboty ha’eñondi
nos alegramos.
javy’apa.
Sólo con nuestros cantos
Ñande purahéindi
perece vuestra tristeza.
omano vy’ay.
Oh señores, con esto,
Karai guasu kuerandi
vuestro disgusto se disipa.
opa pende pochy.
Las inventa el Dador de la vida,
Ojapo va’ekue Ñamandu
las ha hecho descender
omboguejyka ñandéveguara
el inventor de sí mismo,
ojembojerava’ekue ha’e hiañoite
flores placenteras,
yboty poráitemi,
con ellas vuestro disgusto se disipa.
hendive opa pende pochy.
fuentes: NEZAHUALCÓYOTL. VIDA Y OBRA, José Luis Martínez, 1972
Literatura de Anahuac y del Incario: La expresión de dos pueblos del Sol, , Miguel León-Portilla, 1982