Paranaländer descubre por la revista Péndulo (1964-1966) que el escritor argentino Héctor A. Murena (1923-1975) visitó Asunción y fue entrevistado por un colaborador de la revista, el poeta Appleyard.
Los hechos comprobables son los siguientes:
La revista paraguaya Péndulo (n° 2-3, año 1, junio-julio 1964, con portada de Livio Abramo. Apartado postal 543. Gral Díaz 385-87. Precio del ejemplar: 50 guaraníes.Suscripción semestral: 150 guaraníes. Anual, 300 guaraníes, anual para el exterior, 4 dólares), dirigida por Juan Carlos da Costa (dirigente de la OPM, que moriría durante el stronismo en 1976 durante un enfrentamiento con la policía), que tenía entre sus redactores al primo del director, el poeta tempranamente fallecido Nelson Roura (1969, a los 24 años), revista financiada por empresas de la familia Da Costa (como el laboratorio de análisis clínicos de la Prof. Dr. Blanca Sanabria de Da Costa, y la Roura da Costa y Cía que era representante en el Paraguay de los microscopios alemanes C.B.S. y de las famosas plumillas Perry, cuya casilla postal coincide con la de la revista: 543), en entrevista con H. A. Murena (en ese momento miembro destacado de la revista Sur), nos informa durante una entrevista hecha por el poeta y periodista J.L. Appleyard, que el intelectual porteño visitó Paraguay enviado por el Congreso por la Libertad de la Cultura, institución que en esos años era financiada por la CIA y que llamativamente tendría amplio destaque en esta revista durante unas conferencias sobre literatura.
Como es tan paradojal, aquí hacemos la cuestión de cómo una revista dirigida por un socialista, luego guerrillero y opositor al régimen de Stroessner, en estos años haya flirteado con una institución financiada por la CIA. Sirve para tener un cuadro de época muy poco simplista de los 60’s en Paraguay.
Murena sobre Péndulo: “la he estado hojeando esta mañana y me ha impresionado muy bien”.
Deja un mensaje para los jóvenes paraguayos. “Sigan en la brecha, porque es una gran tarea. No deben seguir el ejemplo de otros jóvenes que desean ejercer un poder sobre la realidad, y van a lo práctico”.
Appleyard le enfatiza, sobre todo, la juventud de sus directores y redactores (Roura, nacido en 1945, tenía entonces 19 años, Da Costa, nacido en 1944, tenía apenas 20 años).
En poesía argentina del momento recomienda una antología editada por Di Tella.
Con respecto al panorama de las letras argentinas: “Nombres como el de Borges no han tenido continuidad hasta el momento. Los jóvenes huyen de la profesión de escritor, prefieren ingresar a las grandes empresas como asesores. (…) Prueba de ello la tenemos en la Facultad de Filosofía de Buenos Aires, donde los alumnos que siguen Psicología y Sociología son diez veces más numerosos que aquellos que estudian filosofía o letras. Así, el escritor aparece como ente raro, como una persona que tiene una enfermedad determinada a la cual debe soportar.”
Menciona a Thomas Mann, Stendhal, Camus y Flaubert.
A una requisitoria del paraguayo sobre Joyce, responde sonriendo:
“Sería una extravagancia imitar a Joyce o Kafka en nuestro ambiente, que de por sí ya es suficientemente kafkiano”.
Sus armas no sirven para encarar nuestros problemas, concluye Murena.
“Escribiendo poesía trato de encontrar nuevos medios de expresión que luego las aplico a la novela. Es curioso, cuando escribo prosa, me siento un poco incómodo, como si faltara a mi verdadera vocación poética”.
Appleyard describe a Murena como “sencillo, afable, sin poses ni gestos de maestro”.
La foto de Murena que trae la entrevista está acreditada a Foto Cine Paraguay, uno de los auspiciantes habituales. “Las mejores fotografías en FOTO CINE PARAGUAY. Gral.Díaz 985-87. Telef. 1510”.
