“9 de julio” parece una canción de denuncia social, un género de moda para la época, usado con éxito por bandas como Bersuit Vergarabat y el tema “La bolsa”… Por: Derian Passaglia
En este humilde acto inauguramos una nueva sección en este pequeño espacio: canciones que deben escucharse. El primer invitado es el grupo argentino de rock Callejeros. La banda, originaria del conurbano bonaerense, en la localidad de La Matanza, en una de las zonas míticas del país, se creó en 1995 y se disolvió en 2010. Antes que por su música, Callejeros quizá sea conocido por un hecho trágico que marcó la historia reciente de la Argentina.
Corría el año 2004, que coincidiría con el año de mayor popularidad de Callejeros. Uno o dos años antes, la profesora de Lengua nos había mandado a hacer un trabajo práctico por el que empecé a interesarme en la literatura. Teníamos que buscar diez poemas de autores famosos, escribir cinco poemas propios, conseguir cinco de amigos y cinco letras de canciones. Una de las letras que elegí fue “Una nueva noche fría”, el tema de Callejeros que había explotado en las radios.
A fines de diciembre, casi bordeando el 2005, Callejeros dio un concierto en el boliche Cromañón. En el recital, alguien prendió una bengala. Era un lugar oscuro, cerrado, desbordante de transpiración. La bengala produjo un fuego, una chispa alcanzó una bandera o el techo y rápidamente el fuego se expandió. Se cortó la luz, la gente se desesperó por salir. Alguien, además, había cerrado las puertas de salida. En Crónica, las cámaras de televisión filmaban a los sobrevivientes que salían por la puerta como perdidos, zombies a la deriva que no entendían lo que estaba pasando. Algunos volvían adentro, a rescatar amigos y desconocidos. Yo miraba la tele sin entender tampoco mucho, en la casa de la tía Mirian. El accidente produjo 194 muertos y 1432 heridos.
“9 de julio” parece una canción de denuncia social, un género de moda para la época, usado con éxito por bandas como Bersuit Vergarabat y el tema “La bolsa”. La crisis del 2001 todavía latía en los bolsillos y la conciencia. Pero es rara esta canción, porque esa denuncia social se mezcla con una situación particular, íntima, y de ahí su originalidad. Las primeras estrofas, entonces, cuentan una situación social intolerable, después del estallido: “Otro delincuente que miente, roba, / gobierna y se va”. Un poco como en el tango “Cambalache”: “el que no llora no mama / el que no afana es un gil”.
El estribillo, en cambio, nos sitúa en los sentimientos de un sujeto, derrotado, pero no por la situación social del país, sino por una razón que involucra la temática amorosa: “y en el medio no te encuentro / me hundo en la ciudad / por la 9 de julio voy con el miedo / de no verte nunca más”. Para otra nota, o para otro noterista, queda pensar el uso de ese símbolo porteño, la avenida principal de Buenos Aires y su calle más tradicional, para hablar del amor y de la sociedad, en una canción triste, trágica, casi un tango con guitarras acústicas, batería y bajo.