Las organizaciones sindicales del sector educativo anunciaron que no se llevarán a cabo clases los días lunes y martes debido a las movilizaciones planificadas por los docentes en Asunción y cabeceras departamentales.
El sábado, los gremios docentes abandonaron la mesa de negociación con el MEC, y como resultado, se anunció la suspensión de las clases para el lunes. La razón detrás de esta medida es el fracaso de las conversaciones con el Gobierno en relación a la solicitud de ampliación presupuestaria para el reajuste salarial de los docentes.
Silvio Piris, representante de la Federación de Educadores del Paraguay (FEP), expresó que no obtuvieron una respuesta favorable por parte del MEC. Además, señaló que la reunión, que debería haber sido tripartita, solo contó con la presencia de representantes del Ministerio de Educación, mientras que los del Ministerio de Hacienda no asistieron.
Piris destacó la importancia de temas como el salario básico profesional y el escalafón docente, que representan alrededor de USD 97 millones. Sin embargo, el gobierno propuso destinar solo USD 2 millones para estos aspectos. Por su parte, el ministro de Educación, Luis Ramírez, afirmó que el presidente Santiago Peña está comprometido con la educación paraguaya, aunque no pudo confirmar si habrá clases.
Piris subrayó que el reajuste salarial y el pago total del escalafón docente son puntos no negociables para los docentes, y manifestó que lamentablemente se perderán al menos dos días de clase. Si la situación no se resuelve, podrían perderse hasta siete u ocho días de clase en el transcurso del año.
El representante de la FEP señaló que la propuesta del gobierno solo beneficiaría a 1.500 docentes con resolución del año 2020, excluyendo a alrededor de 33 mil docentes con resoluciones entre 2021 y 2023. Además, remarcó que esta propuesta también excluye el ajuste salarial y corta la carrera docente.
Piris expresó la intención de hablar con el presidente directamente para buscar un acuerdo y evitar interrumpir las clases. Hizo hincapié en que la participación en las movilizaciones es una forma de expresar desacuerdo con el gobierno y sus políticas, y enfatizó que quienes no se sumen a las protestas podrían interpretarse como conformes con las medidas gubernamentales.