Un grupo de guardiacárceles decidió no ingresar a sus puesto de trabajo en la Penitenciaría de Tacumbú debido a lo que consideran “falta de garantías”. Afirman que cumplirán su jornada laboral, pero fuera del recinto penitenciario.
La situación en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú sigue candente, ya que los guardiacárceles han tomado la decisión de no ingresar al centro penitenciario debido a la falta de garantías y las condiciones precarias en las que se encuentran tanto los internos como el personal de seguridad. El delegado de los guardiacárceles del interior, José Espínola, se pronunció sobre la situación en una entrevista con la 780 AM.
Según Espínola, la situación se ha vuelto insostenible para los guardiacárceles, quienes se ven obligados a cumplir su servicio, pero fuera de las instalaciones de Tacumbú debido a la falta de garantías para su seguridad.
En sus propias palabras, “los compañeros van a estar cumpliendo las 24 horas, pero fuera de Tacumbú, por falta de garantías”.
El delegado de los guardiacárceles lamentó la falta de diálogo y coordinación por parte del Ministerio, afirmando que las negociaciones se han llevado a cabo sin la participación de los trabajadores penitenciarios.
“Los del Ministerio negociaron, pero sin nosotros. Nadie vino a preguntarnos si estamos comiendo o no, si se asistió en la parte psicológica, nada. Ellos quieren que entre adentro”, señaló Espínola.
La crisis en Tacumbú se ha ido gestando gradualmente, y según Espínola, el problema se ha agravado desde el reciente “descabezamiento” de la prisión. “En Tacumbú se perdió el control. Hay una disparidad de pensamientos entre los sindicatos de guardiacárceles”, agregó.
El delegado de los guardiacárceles hizo hincapié en la necesidad de mejorar la situación penitenciaria en Tacumbú a nivel personal, equipamiento e infraestructura, y destacó la importancia de la unidad entre los sindicatos en este momento crítico.
“En este momento, todos los sindicatos estamos en un mismo habla de la situación penitenciaria. Tacumbú tiene que mejorar a nivel personal, equipamiento e infraestructura”, afirmó.
La entrevista también reveló la solidaridad entre los guardiacárceles, con Espínola señalando que cada uno defiende a sus compañeros tanto de abajo como de arriba en la jerarquía laboral. Sin embargo, la difícil situación económica es un factor de preocupación, y algunos compañeros nuevos pueden sentirse tentados a cruzar límites éticos en busca de ingresos adicionales.
“Con este salario que es una miseria. Si un compañero llega a trabajar con los clanes, ya depende del corazón de cada uno. Yo tuve la oportunidad, pero decidí no cruzar esa raya”, explicó Espínola.