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viernes, noviembre 22, 2024

Casi en vísperas del ballotage argentino, ¿cómo llegan Massa y Milei?

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Este domingo 19, Sergio Massa (Unión por la Patria, peronismo) y Javier Milei (La Libertad Avanza, libertario) disputarán el ballotage que determinará el nuevo presidente de los argentinos. La incertidumbre es total, ya que todas las encuestas dan un escenario de empate técnico.

La previa: elecciones PASO y elecciones generales.

El ballotage del 19 de noviembre será la tercera ronda de un ciclo de elecciones presidenciales que arrancó el 13 de agosto, con las elecciones PASO. El saldo de las primarias abiertas argentinas fue un primer lugar inesperado para Javier Milei, que lo catapultó como favorito de cara a las generales; un segundo lugar del espacio político “Juntos por el Cambio”, donde se impuso la candidata Patricia Bullrich sobre Horacio Rodríguez Larreta, pero con una victoria pírrica; y el tercer lugar, muy agrio, para Sergio Massa, candidato del espacio político -peronismo- que gobierna actualmente, con el desgaste que implica estar al frente de una economía con muchas dificultades como la de Argentina.

Este era el panorama antes del 22 de octubre, pero la situación cambió radicalmente después de las generales. Inesperadamente, Sergio Massa obtuvo el primer lugar, con 37% de los votos, seguido por Javier Milei con el 30%. Más atrás, con 24% quedó Patricia Bullrich, y le alcanzó para seguir compitiendo. Massa y Milei fueron los clasificados.

Este escenario produjo realineaciones políticas. La alianza Juntos por el Cambio se desintegro. El fundador, Mauricio Macri, y la excandidata Bullrich dieron, ya el 24 de octubre, su apoyo formal y decidido a Javier Milei. Los líderes de la UCR (Morales, Lousteau, Storani y otros) consideraron que el libertario es una opción aberrante para la democracia y se manifestaron en su contra o directamente a favor de Sergio Massa. Lo mismo sucedió con la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió. Lo más llamativo fue la posición de Horacio Rodríguez Larreta, quien se abstuvo de dar su respaldo al candidato de Unión por la Patria pero expuso públicamente las razones por las cuales jamás apoyaría a un candidato como Milei.

Por el lado del peronismo, la unidad está detrás de Sergio Massa, incluyendo al kirchnerismo y el peronismo federal, conformado por los gobernadores de las provincias del interior. El único que marcó diferencia fue el excandidato a presidente y actual gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti. La situación de esa provincia es muy particular, porque se trata de un bastión muy antikirchnerista, pero leal al peronismo, que gobierna ya hace décadas. Schiaretti y su sucesor electo Martín Llaryora (que lejos está de ser su delfín) no se pronunciaron a favor de ningún de los dos competidores, si bien este último sí dio guiños de inclinarse por Sergio Massa.

Cómo está cada uno

Lo cierto es que la situación está “dificil” tanto para Massa como para Milei. El actual ministro de economía argentino es un político profesional, con un nivel de siniority en lo que respecta a campañas electorales, conocimiento del Estado y gestión de la cosa pública. Su handicap radica en que es la cara visible de la crisis de inflación por la que atraviesa Argentina, la cual incluso se agravó luego de que él asumiera su cargo en 2022.

El candidato de los libertarios, por su parte, goza de una “ficha limpia” en cuanto a su pasado laboral, puesto que su primer pasó por el Estado fue cuando accedió a su actual banca de diputado en 2021. Es un outsider que hizo campaña en contra de la “casta”, concepto que utiliza para referirse a una clase política que estaría desconectada de la realidad social del país, disfrutando de las miles del poder y la corrupción, frente a un pueblo cada vez más desposeído. Sin embargo su inexperiencia le jugó una mala pasada en varias oportunidades, sobre todo cuando le tocó dar entrevistas desafiantes y no pautadas de antemano. En dichas oportunidades, Milei muestra una personalidad descontrolada y hace declaraciones impopulares, como cuando afirmó que está a favor de la venta de niños y de órganos (aunque luego se desdijo). Su candidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel, también tiene un posicionamiento muy polémico. Es fuertemente conservadora (en un país eminentemente progresista) y deslizó la posibilidad de amnistiar a los militares presos por haber participado de la última dictadura militar en su país, entre 1976 y 1983.

El debate del domingo 11 fue elocuente de la personalidad y posicionamiento de cada candidato.  El peronista se mostró como un estadista, conocedor del funcionamiento del Estado y al tanto de información clave. Logró acorralar a Milei en varias oportunidades, al punto en que el libertario incluso se quedó en un momento sin nada que agregar. Si bien todos los analistas coinciden en que Massa fue el gran ganador de la noche, algunos señalan que el saldo no fue tan negativo para Milei. De acuerdo con trascendidos, el objetivo del economista era no perder el control de sí mismo, algo que logró. Aparte, dicen, los momentos en los que trastabilló o quedó acorralado lo «humanizaron», frente a otro candidato que es un político profesional, que por momentos pudo ser codificado como calculador.

Qué dicen las encuestas

Hoy las encuestas en Argentina están muy desprestigiadas, porque ninguna pudo prever el gran desempeño que tuvo Milei en las PASO de agosto y casi ninguna acertó que Massa saldría primero en las generales de octubre.

Sin embargo, siguen siendo instrumentos de orientación y, sobre todo, de operación electoral. Por estos motivos, es difícil desentrañar si la opinión de una muestra estadística difundida en los medios de comunicación refleja la realidad de una población o si, en realidad, obedece a objetivos de campaña.

Dicho esto, de las encuestas difundidas se desprende que Milei estaría mejor posicionado de cara al ballotage del domingo, aunque por un muy leve margen. No obstante, numerosas encuestas dan como ganador a Massa.

Teniendo en cuenta esto, se espera que el domingo sea una jornada donde cada voto cuente, dado que se prevé una victoria ajustada para cualquiera de los dos espacios.

Los apoyos políticos

Este es, quizás, el punto más relevante para tener en cuenta. El 22 de octubre a la noche, cuando se conocieron los resultados de las urnas, las carpas de Unión por la Patria festejaban un triunfo inesperado. Del lado de La Libertad Avanza el clima era el opuesto: desconcierto y desilusión por un segundo puesto que no estaba en los planes de nadie y que no habían previsto las encuestas. A esto había que sumarle el hecho de que, si bien Mauricio Macri había declarado su cercanía ideológica con Javier Milei en reiteradas oportunidades, la candidata de Juntos por el Cambio (que salió tercera con 24%) hizo campaña de cara a las generales posicionándose en contra del libertario, describiéndolo con los peores calificativos, incluso llegando a decir que era un peligro para la democracia. Por eso, no era tan evidente cuál sería el comportamiento de su electorado en la segunda vuelta. Así, el lunes 23 se sentía optimismo peronista y el pesimismo libertario.

Sin embargo, el panorama se fue modificando esa semana, luego de una reunión entre Macri y Milei, donde acordaron el apoyo del macrismo a la propuesta mileísta. Rápidamente, el expresidente y la excandidata anunciaron que se realinearían detrás del economista y llamaron a acompañarlo el 19 de noviembre.

Por el lado de Massa, el ministro de economía logró aunar a casi todo el movimiento peronista, incluyendo el Peronismo Federal y el kirchnerismo. Además, obtuvo el apoyo -explícito o tácito- de la Unión Cívica Radical (UCR), la Coalición Cívica, el Larretismo, el sindicalismo y gran parte del empresariado argentino. Ahora bien, todas estas son agrupaciones o corporaciones que no en todos los casos pueden bajar sus decisiones a las bases. Por ejemplo, es difícil de saber cuántos radicales van a seguir a sus líderes partidarios y cuántos votarán sin verse influenciados por ellos. No está de más recordar que gran parte de los militantes de la UCR son profundamente antiperonistas. Tampoco se debe dejar de lado que la situación económica y social es muy delicada en la Argentina y que muchos electores interpretan que votarlo a Massa sería como darle una nueva oportunidad.

Es por eso que se dice que la elección “está para cualqieira de los dos”. Massa tiene el apoyo político y Milei es el candidato que puede llegar a aglutinar el descontento. Asimismo, Massa se presenta como el candidato de la unión nacional, del respeto a los valores democráticos y los valores de la argentinidad. Milei, por su parte, se presenta como un iconoclasta, que viene a terminar para siempre con el flagelo crónico que vive la Argentina, la inflación, y con los beneficiarios de la crisis, la «casta» política.

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