Javier Milei, economista de 53 años, será el presidente de la República Argentina desde el 10 de diciembre, después de imponerse por más de 10 puntos en el balotaje. Desde El Trueno analizamos cómo hizo este outsider, que hace 3 años era prácticamente desconocido en todo el país, para derrotar al peronismo unido. Además, te adelantamos cómo será la Argentina bajo su gobierno y qué esperar de las relaciones bilaterales con Paraguay.
Con 55,69% (que representan 14.476.462 de votos) Javier Milei logró consagrarse como el nuevo presidente de la República Argentina, y, hasta 2027, gobernará los destinos de los más de 45 millones de habitantes de ese país. Sus guarismos indican que es el presidente más votado de la historia argentina. Se trata de una gesta políticamente inmensa, pues se impuso al peronismo unido y ganó en 21 de los 24 distritos. A Sergio Massa no le alcanzó con 11.516.142 votos (44,30%) y se quedó con las ganas de ocupar los próximos cuatro años el “sillón de Rivadavia”.
La previa
La primera vuelta había terminado con un Sergio Massa victorioso, contra todo pronóstico, Milei en 2do puesto (sin haber sumado prácticamente votos desde las PASO) y Patricia Bullrich en 3ro puesto, afuera del balotaje.
Lo que sucedió de allí en más fue un realineamiento completo de las fuerzas políticas, que transfiguró la grieta Peronismo/Cambiemos que había dominado la política argentina desde que Mauricio Macri decidió, con la dirigencia de la Unión Cívica Radical (UCR) y la Coalición Cívica de Elisa Carrió, crear la alianza antiperonista más exitosa de la que haya registros y lo catapultó a la presidencia en 2015.
Después del 22 de octubre, Juntos por el Cambio estalló por los aires: Mauricio Macri decidió pelear en las filas de La Libertad Avanza (queda para los historiadores dilucidar si lo decidió en ese momento o si, por el contrario, siempre fue su verdadera apuesta) y el resto de la alianza se manifestó en contra del candidato libertario o, incluso, a favor de Sergio Massa.
El ministro de Economía de Alberto Fernández también consiguió el apoyo de casi todos los sectores políticos, ya sea directamente o por medio de un rechazo manifiesto a Milei (que fue, por ejemplo, lo que sucedió con aquellos que se desprendieron de Juntos por el Cambio), y logró reagrupar detrás de sí a casi todos los representantes de las diferentes actividades económicas (incluyendo el aval tácito de la Sociedad Rural, tradicionalmente antiperonista).
Massa fue derrotado aun con esta impresionante acumulación de apoyos, en lo que podemos considerar como un síntoma de una fuerte desafección de los argentinos respecto de sus representantes políticos, sociales y económicos.
Aunque las encuestas anunciaban una victoria, ajustada supuestamente, de Javier Milei, las esperanzas del oficialismo argentino no se disiparon, porque en etapas previas casi todos los estudios cuantitativos habían errado los pronósticos.
Lo cierto es que era tan improbable que Sergio Massa, un profesional de la política que había logrado grandes respaldos, pudiera perder contra Javier Milei, un advenedizo con ideas estrafalarias que solo contaba con el aval del expresidente Macri, como era también improbable que pudiera ganar, siendo el ministro de Economía de un país con enormes desequilibrios económicos que empeoraron con su gestión. El Trueno anticipaba el viernes pasado que el partido estaba para cualquiera de los dos. Con el diario del lunes, es evidente que, a Massa, quien por solo 3 puntos no se impuso en primera vuelta, no le alcanzaba para ganar un balotaje, ya que la rabia social fue más fuerte el miedo a los desconocido.
Sin gobernadores ni intendentes, la victoria de Milei interroga los modos tradicionales de hacer política y demuestra que la inercia de acción política organizada puede ser desbordada por el deseo de cambio del electorado, cuando se agotan los modelos de gobierno y la narrativas de sentido.
La Libertad Avanza
Javier Milei es un economista que se desempeñó toda su vida en el sector privado, pero en los últimos años empezó a ser un invitado frecuente de ciclos de debate político, como el conducido por Alejandro Fantino (antes, “Animales Sueltos” y ahora, “Multiverso Fantino”) o Intratables, en el prime time del canal América. Esta fue la plataforma que le permitió llegar a una gran porción del electorado argentino, a partir de la viralización en redes sociales (especialmente Tik Tok y X/Twitter) de sus intervenciones. La larga cuarentena impuesta por el gobierno de Alberto Fernández -que duró casi todo el 2020- fue el contexto propicio para que sus ideas extremas de libertad sedujeran a jóvenes y adultos. En 2021 tuvo su primera incursión en política, logrando una banca como diputado por la Ciudad de Buenos Aires con el 17% de los votos.
Milei se define como libertario, categoría que agrupa a aquellas personas que comulgan con un liberalismo extremo, casi anarquista. Considera que la extracción de impuestos es asimilable a una confiscación, desprecia al keynesianismo y promueve la privatización de todos los servicios públicos. Su propuesta de dolarización de la economía y eliminación del Banco Central como estrategias para eliminar la inflación de tres dígitos que sufren los argentinos parecía estrambótica, pero fue adquiriendo más y más partidarios cada vez que los precios se disparaban y a los argentinos les rendían menos sus ingresos.
Milei está alineado con las llamadas nuevas derechas, que no solo ponen en cuestión el statu quo económico, sino que rechazan los cambios sociales que el progresismo promueve, así como las ideas del feminismo, la inclusión de las diversidades identitarias y el cambio climático. Geopolíticamente, se encolumna en el “trumpismo” y, a nivel regional, reconoce como aliado al expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro.
Antes de asumir la primera magistratura, Milei anunció que uno de sus primeros viajes será a los Estados Unidos y a Israel. Cercano al judaísmo (no completó su conversión a esa religión pues, como presidente, no podría cumplir con el precepto de descanso y contemplación en shabbat), el mandatario electo aclaró que estos desplazamientos obedecerán más a una cuestión espiritual que a intereses políticos.
Con respecto a Israel, el primer economista electo presidente de Argentina adelantó que trasladará la embajada argentina a la ciudad de Jerusalén, lo que no es un dato menor, considerando que la comunidad judía de Argentina es la más importante del mundo después de la de Estados Unidos. Significaría un respaldo enorme para ese país, actualmente en guerra con la agrupación terrorista Hamás.
La Argentina de la motosierra
Javier Milei utilizó una motosierra como símbolo de su propuesta política: reducción del déficit fiscal y de la inflación por medio de un recorte mayor del gasto del Estado. Es todavía una incógnita cuáles son las medidas que aplicará ni bien tome posesión de su cargo, pero durante su discurso de victoria dio algunas señales.
En primer lugar, como señaló en su discurso de la victoria, no habrá lugar para el gradualismo, lo que significa que será contundente con las decisiones, más allá de las consecuencias sociales que puedan generar. Miembros de su equipo económico manifestaron que las políticas públicas que se vayan a implementar serán anunciadas en el momento oportuno, sin posibilidad de adelantar nada, pues podrían ser utilizadas para especular políticamente.
Ahora bien, se sabe que reducirá el gabinete a solo 8 ministros, lo que supondrá la eliminación de muchas carteras y, probablemente, la desvinculación de muchos empleados públicos. Por otro lado, planea reducir el gasto público y, siendo que una enorme parte de las erogaciones estatales argentinas se destinan a subsidios, es entonces de esperar que elimine este tipo de erogaciones, que se concentran en transporte y energía.
Si bien el presidente electo de Argentina “abraza las ideas del libertarianismo” y, por ende, su ideal es privatizar la educación y la salud, él se encargó de aclarar que esas son cuestiones de 3ro o 4to grado, que no van a ser implementadas en el corto ni en mediano plazo. No obstante, no es fantasioso especular con un importante recorte o, por lo menos, congelamiento de presupuesto estas áreas.
En entrevistas también anunció que buscará privatizar los medios públicos y la petrolera YPF, un símbolo del estatalismo kirchnerista. Respecto a Aerolíneas Argentinas, dijo que dejará de girarle fondos a la compañía, pero no habló de privatizarla.
Respecto a la dolarización, su caballito de batalla, es esperable que suceda como producto de una dinámica de mercado: Milei sostuvo que habrá una “libre elección de monedas”.
En cuanto a nombres, ya anunció que Carolina Píparo, excandidata a la gobernación de Buenos Aires, estará al frente de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), la mayor “caja” del Estado argentino y bastión de La Cámpora (agrupación política kirchnerista) durante todo el gobierno de Alberto Fernández. Es de esperar que desvincule a los referentes del kirchnerismo que allí se desempeñan y que sea la cara visible de los recortes presupuestarios.
Diana Mondino, economista del riñón mileísta, será la canciller y adelantó que Argentina no integrará el grupo BRICS, al que se había unido recientemente. Esto es totalmente lógico con el posicionamiento geopolítico de Milei, quien repudia el comunismo chino y al gobierno de Lula da Silva, a quien considera también un “comunista”.
Si bien Milei hizo campaña presentándose como el vengador del pueblo frente a una “casta” política que daña los intereses de las mayorías, durante su discurso de victoria invitó a todos los que se quieran sumar a su proyecto, más allá de su pasado político. En este sentido, se sabe que cederá lugares de su gobierno al macrismo (un aliado clave para lograr la presidencia), entre ellos el manejo de los temas vinculados a energía. Se menciona también que Florencio Randazzo (exministro de transporte de Cristina Fernández de Kirchner) también participará de alguna manera en su gabinete y que Miguel Ángel Pichetto (líder de la bancada kirchnerista en el senado durante 12 años y macrista desde 2015), diputado electo, será clave para articular apoyos en la Cámara Baja.
Respecto al manejo de la economía, Milei afirmó que él no será ministro en su propia administración, pero que el área estará bajo su estricto control. Asimismo, se espera que incorpore a economistas referentes del macrismo, como Federico Strurzenegger, a quien el león dijo “admirar”. Domingo Cavallo, exministro de economía de Carlos Menem y padre de la convertibilidad, afirmó que “ayudará” a Milei.
Demás está decir que su hermana Karina Milei y Santiago Caputo, importantes estrategas de la victoria de Milei, ocuparán un lugar privilegiado en la «mesa chica» de la residencia de Olivos, sede desde donde gobernará prioritariamente el próximo presidente argentino.
Qué esperar de la relación con Paraguay
Santiago Peña se comunicó por teléfono con Javier Milei y le deseó la mejor de las suertes en su gestión. Ambos son economistas y es esperable que tengan sintonía. Los temas que preocupan a nuestro país tienen que ver con el peaje de la hidrovía, la deuda por cesión de energía de Yacyretá y la suerte de los paraguayos y paraguayas que residen en Argentina.
Milei es un misterio para los propios argentinos, así que es difícil saber cuál será su posición ante Paraguay. Lo cierto es que Mauricio Macri será una persona de mucha influencia en su gobierno y el expresidente fue un amigo del Paraguay durante su gestión, que se concretizó por el pago regular de la energía cedida de Yacyretá. En este sentido, puede esperarse que, si el macrismo está a cargo del área de energía, esto signifique buenas noticias para nuestro país, aunque no hay garantías.
En cuanto al tema de la hidrovía, el cobro de impuestos y las barreras a la libre navegación de los ríos no es compatible con la ideología libertaria, aunque esto poco dice de un país que históricamente impidió la libre navegación desde los tiempos en que gobernaban los «padres fundadores» de la Argentina a los que Milei idealiza. Queda por verse cuál va a ser la decisión del nuevo presidente argentino al respecto.
Por otra parte, cientos de miles de paraguayos residentes en Argentina o en la frontera con ese país, quienes recurren a su sustantivo sistema público de salud, están temerosos de lo que pueda suceder cuando La Libertad Avanza tome posesión del poder. Lo cierto es que los 45 millones de argentinos atraviesan la misma incertidumbre y solo habrá un poco de claridad después del 10 de diciembre, día en que Alberto Fernández traspasará el mando al presidente Javier Gerardo Milei.