El cardenal Adalberto Martínez pronunció la homilía de este jueves, cuarto día del novenario a la Virgen de Caacupé, denunciando diversos «males que están destruyendo el tejido social» y llamando a un saneamiento moral de la Nación.
«Un desafío y una gran tarea nacional es el saneamiento moral de la Nación. Recuperar la ética y la moral como principios rectores de nuestra conducta individual y social es el camino para encarar las profundas transformaciones que necesita el Paraguay», dijo el cardenal como parte de su mensaje en la homilía.
Señaló que la corrupción que se observa tanto en instituciones públicas como privadas, donde la mayoría de los que ejercen cargos de responsabilidad son formalmente cristianos, contradice radicalmente la voluntad de Dios.
«Es un pecado personal y social muy grave porque roba los recursos financieros que son necesarios para mejorar las condiciones de vida de los sectores más empobrecidos de la sociedad que pasan hambre, que están condenados al analfabetismo y mueren por falta de recursos», denunció.
Como ejemplo del impacto de la corrupción señaló que los desvíos del dinero público que debería ir destinado al sector de la salud ha hecho que el 50% de los gastos de salud lo paguen los propios enfermos.
«La atención de la salud podría mejorar sustancialmente si se administran los fondos públicos con honestidad y patriotismo», dijo.
Desde la Iglesia católica señaló que tampoco pueden excluirse de la responsabilidad de la situación que vive el país, porque la realidad deja en evidencia una frágil evangelización y muestra que los valores del evangelio no han permeado en la conciencia de los bautizados.
«Escuchar la palabra de Dios y ponerla en práctica es ineludible para el seguidor de Jesucristo, poque el día del juicio final seremos juzgados por el amor que se hace solidaridad y cuidado hacia las personas más vulnerables», afirmó.
«Es impostergable que como sociedad dialoguemos, busquemos consensos básicos que nos permitan superar los diversos males que nos están destruyendo y está destruyendo social. No dejemos que nos roben la esperanza, no nos dejemos quitar la alegría, los paraguayos todos juntos podemos, necesitamos trabajar por el bien común y transformar el Paraguay en un país próspero con igualdad, inclusión, justicia social, que permita que nuestros hermanos más pequeños accedan a una vida digna y plena», concluyó.