Paraguay tiene una estrategia muy clara en sus negociaciones con el Brasil en torno a la Itaipu, según el canciller y el ministro de Industria. La misma apunta a contar con los recursos para invertir en infraestructura eléctrica y generar las condiciones para la industrialización del país.
En una conversación con la Vocería de Gobierno, los ministros de Relaciones Exteriores, Rubén Ramírez, y de Industria y Comercio, Javier Giménez, destacaron la prioridad que representa para el gobierno del presidente Santiago Peña las actuales negociaciones sobre Itaipu, y subrayaron que las mismas se abordan con una visión de largo plazo.
«Itaipu es un factor de desarrollo y hacia ese sentido estamos trabajamos. Tenemos la responsabilidad histórica de que proyectemos la Itaipu a los próximos 50 años», dijo el canciller Ramírez.
Detallando el tenor de las negociaciones, que incluyen la definición de la tarifa por la energía eléctrica, los aspectos operativos de la entidad y la revisión del Anexo C, el ministro de Industria afirmó que «Paraguay tiene una estrategia muy clara de desarrollo que puede sorprender a muchos».
Indicó que Paraguay todavía consume un 45% de la energía que le corresponde de la binacional y que los recursos obtenidos por la venta del excedente al Brasil tienen que ser destinados al desarrollo de la industria.
«Ese es el modelo, pero para que eso ocurra hay que darle tiempo a la industria para que venga a instalarse en Paraguay y venir a hacer uso de esa energía», dijo.
En ese mismo sentido, el canciller Ramírez defendió la postura de Paraguay de mantener una «tarifa alta» que le permita a Paraguay «hacer un cambio de modelo» y generar las condiciones para la instalación de grandes inversiones nacionales y extranjeras.
«Algunos podrán criticar que el Gobierno paraguayo solamente quiere buscar lucro y rentabilidad con una tarifa alta pero la verdad es que necesitamos de esos recursos para poder hacer ese cambio de modelo», afirmó.
Ramírez explicó que por no haberse hecho en las últimas décadas las inversiones necesarias para ya contar con industrias que consuman la energía que corresponde a Paraguay, «el gobierno del presidente Peña se encuentra con un escenario en el que necesitamos gestionar inversión urgente en toda la infraestructura energética paraguaya, la transmisión y la distribución».
Añadió que el escenario reciente, donde se bajó el monto de la tarifa eléctrica a 16,70 dólares el megawatt durante el periodo de gobierno precedente, Paraguay incluso sufrió un «retroceso muy importante» que perjudicaron sus posibilidades de inversión, ya que dejó de recibir cerca de 400 millones de dólares a causa de esa disminución.
Por ello, en las actuales negociaciones con el Brasil, la postura de Paraguay es retornar el monto de la tarifa en el entendimiento que se estableció en 2009, cuando se fijó una tarifa de 22,60 dólares el megawatt, «que tenía que estar vigente hasta el cumplimiento de los 50 años del tratado en 2023».
