Paranaländer se pasea entre Argentina y Paraguay, el castellano y el guarani, subiendo en una especie de bus internacional que es el libro «Voy a ir a venir» (2024) de Yanina Azucena
El pasado viernes 8 de marzo nos visitó en el streaming de Paranaländer desencadenado la investigadora y poeta paraguaya afincada en Buenos Aires, Yanina Azucena.
PARANALANDER || HOY CON YANINA AZUCENA
No contó que venía presentar su primer libro, «Voy a ir a venir» (Arandurä, 2024) y la segunda parte de un podcast sobre poesía paraguaya contemporánea: «Javorái» (que es la continuación de «Lengua roja de cebú» del año 2022 que incluía a 10 poetas leyendo sus obras. Ahora en principio son 5 poetas que explican su poética).
«Voy a ir a venir» es un un primer libro muy intenso y auténtico que tiene conciencia todo el tiempo de su diglosia esencial, y que como el título indica va y viene -en una suerte de verano eterno o cíclico- entre Argentina y Paraguay, la villa y Capiatá o km. 5, el pasado y el presente, el castellano y el guaraní…la identidad reconocida y la vergüenza del origen.
Rescato dos interpelaciones:
«El sonido de mi lengua teje telarañas», me remite al ñandu renimbo de «Mar Paraguayo» de Wilson Bueno (1992).
«Construyen desde el desecho» me recuerda a las flores del mal de Baudelaire o a los parásitos de Serres.
Habla de Capiatá como el punto de enfrentamiento cósmico entre el cemento y lo verde de la naturaleza (un ir y venir aquí acaso más irreversible).
Una definición de poesía que atraviesa el libro es la de piedad de la mirada sobre el ritual paraguayensis:
«y ahora que hago silencio
qué es todo esto
sino poesía»
Otra definición se puede pillar en «Ndetavy o cómo asombrarse en guaraní» :
«el grano de almidón
arrojado al golpe de la Y».
Y la última definición, quizá la más justa, aparece en el último poema «Te’öngue heë o cómo decir cadáver exquisito»:
«es todo aquello que permite
perforar
cambiar distorsionar».