Ante una gran obra, ante un legado que pervive por generaciones y generaciones, hay siempre por detrás una gran renuncia, un gran sacrificio. El de Nabokov fue la lengua. Por: Derian Passaglia
Nabokov nació en la vieja San Petesburgo, en el Imperio Ruso, pero terminó convertido en un doble agente que se mudó a otro Imperio, el estadounidense, bajo el cual vivió hasta su muerte. La traición fue doble: dejó de escribir en ruso, y se pasó a la lengua inglesa. ¿Habrá traición mayor para un hombre del siglo XX? Podría ser considerado, antes que un escritor ruso, un escritor norteamericano. Abandonar una lengua para hablar y escribir la lengua del enemigo debe ser debe ser de las cosas más bajas que existen. ¿Confiaría, el lector, el cuidado de un hijo a Vladimir Nabokov?
Pero eso sí, escribió de las novelas más importantes del siglo pasado. Ante una gran obra, ante un legado que pervive por generaciones y generaciones, hay siempre por detrás una gran renuncia, un gran sacrificio. El de Nabokov fue la lengua, la invención de una lengua que mezclaba las dos tradiciones, las dos personalidades, como Jekyll y Hyde, que surgieron después de la segunda guerra: el capitalismo y el comunismo. Nabokov tiene las dos, y así pudo escribir y publicar Lolita en 1955, su novela más famosa, donde se plantea una situación de pedofilia: un viejo tiene una relación con una nena de 12 años.
“El duende del bosque” es el primer cuento que abre el libro de sus Cuentos completos. Se trata de una imagen de escritor, de una metáfora y de una moraleja. Hay un personaje escribiendo ante un escritorio, tranquilamente, hasta que recibe la visita de un duende. Casualmente el duende viene de Rusia y le comenta al escritor, en un largo soliloquio llorón, que están destruyendo los bosques y se está acabando la vida en la profunda Rusia… ¿Sería una metáfora comunista y no ecológica? ¿O tendrá que ver con una visión negativa de aquel país fascinante, mítico, loco, reverso exacto de Latinoamérica, que entregó una revolución y un sistema de creencias al mundo, que sigue molestando a liberales y millonarios, a poderosos y anarcocapitalistas? Se puede leer acá.
