El presidente ruso, Vladimir Putin, viajará a Corea del Norte este martes para una visita de Estado «amistosa», anunció el Kremlin. La visita coincide con el momento en que Occidente acusa a Pyongyang de suministrar armas a Moscú para la ofensiva en Ucrania.
Estadounidenses y europeos llevan meses manifestando su preocupación por el acercamiento entre Moscú y Pyongyang, acusando a los norcoreanos de entregar municiones a Rusia para su asalto contra Ucrania, a cambio de asistencia tecnológica, diplomática y alimentaria.
Se firmarán “documentos importantes”
El asesor diplomático de Putin, Yuri Ushakov, presentó el viaje como un evento importante para ambos países, golpeados por sanciones occidentales. «Se firmarán varios documentos», entre los que habrá «documentos importantes, muy significativos», dijo Ushakov, citado por las agencias estatales.
También mencionó la «posible» firma de «un acuerdo de cooperación estratégica global», que en cualquier caso dependerá «de una evaluación profunda de la situación geopolítica mundial y regional y de los cambios cualitativos que han tenido lugar recientemente» en las relaciones entre Rusia y Corea del Norte.
La OTAN reacciona
Por su parte, el jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, estimó que la visita del presidente Putin esta semana a Corea del Norte demostró cómo el esfuerzo bélico de Moscú en Ucrania se ha vuelto «dependiente» de líderes autoritarios.
«Demuestra lo dependiente que es ahora el presidente Putin, y Moscú, de países autoritarios de todo el mundo», afirmó Stoltenberg a periodistas en Washington, y añadió que «sus amigos más cercanos y los mayores partidarios del esfuerzo bélico ruso son Corea del Norte, Irán y China».