El presidente chileno, Gabriel Boric, respaldó las declaraciones de Lula da Silva, afirmando que las elecciones deben decidirse con votos y no con amenazas de violencia, en respuesta a los comentarios de Maduro sobre un posible «baño de sangre» en Venezuela.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, expresó su preocupación por las declaraciones del presidente venezolano, Nicolás Maduro, quien mencionó un posible «baño de sangre» si no ganaba las elecciones del próximo domingo. En un encuentro con corresponsales en Santiago, Boric afirmó que «coincidimos plenamente con el presidente Lula y con Alberto Fernández en que somos profundamente democráticos. No se puede amenazar con baños de sangre; los mandatarios y candidatos reciben baños de votos, que representan la soberanía popular».
Boric respaldó así las palabras del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quien días antes había manifestado su sorpresa y preocupación ante las declaraciones de Maduro, enfatizando que en democracia, la respuesta a una derrota electoral es aceptar los resultados, no recurrir a la violencia.
El presidente chileno también instó al gobierno y al poder electoral venezolano a garantizar un proceso electoral transparente, con plenas garantías para la oposición y respeto a los resultados. «Las próximas elecciones en Venezuela son un acontecimiento decisivo para que el país pueda superar la severa crisis económica, política y social de los últimos años», agregó Boric, subrayando la importancia de un entorno electoral libre de intimidación y amenazas.
Por su parte, el expresidente argentino Alberto Fernández, quien había sido propuesto como observador internacional para los comicios, anunció que no asistiría tras ser excluido de la lista de observadores por el gobierno venezolano, aparentemente debido a declaraciones que el régimen consideró imparciales. Fernández lamentó la decisión, reafirmando su compromiso con la observación imparcial del proceso electoral.
La comunidad internacional sigue de cerca las elecciones en Venezuela, que han sido vistas como una oportunidad crítica para el país de regresar a una senda democrática y de estabilidad. Boric, Lula, y otros líderes regionales han enfatizado la necesidad de un proceso electoral justo y transparente, en línea con los acuerdos internacionales y el respeto a la voluntad del pueblo venezolano.
