El senador Salyn Buzarquis negó haber cometido tráfico de influencias y asegura que su intención fue ayudar a una persona en situación de vulnerabilidad. Desafió a sus colegas a un peritaje de sus teléfonos y afirma que no se callará ante las acusaciones.
El senador Salyn Buzarquis se encuentra en el centro de una polémica tras ser acusado de tráfico de influencias por supuestamente haber pedido al intendente de Asunción, Óscar “Nenecho” Rodríguez, que favoreciera a un conocido en un negocio de alquiler de camiones.
En respuesta a estas acusaciones, Buzarquis ha lanzado fuertes declaraciones en su defensa, negando categóricamente haber incurrido en un acto ilegal y afirmando que su intención fue ayudar a un hombre en situación crítica.
Según el legislador, el dueño del camión en cuestión estaba pasando por una situación económica grave, con su hijo enfermo de cáncer, y fue en ese contexto que realizó la solicitud a Rodríguez. “No fue ningún negociado, simplemente quise ayudar a una persona que estaba quebrada, cuyo hijo estaba pasando por una situación muy difícil”, aseguró Buzarquis, quien considera que su gesto no puede ser calificado como tráfico de influencias.
En un tono desafiante, Buzarquis retó a sus colegas del Senado a someterse a un peritaje de sus teléfonos, al igual que él está dispuesto a hacerlo. “Yo voy a pedir que se haga un peritaje a mi teléfono, y también desafío a mis colegas, a los 45, a que hagamos un peritaje a todos los teléfonos. Si alguien alguna vez en todo el Senado no llamó para pedir una silla de ruedas, entonces ¿por qué, si yo pido una silla de ruedas o llamo a un hospital porque alguien se está muriendo, eso tiene que ser tráfico de influencias?”, cuestionó el senador.
Buzarquis hizo hincapié en que muchas veces los legisladores son contactados por ciudadanos que necesitan ayuda para acceder a servicios básicos, como atención médica o asistencia social, y que esto no debería considerarse un acto de corrupción. A su juicio, su intervención para ayudar a una persona no se diferencia de las gestiones que otros senadores han hecho en situaciones similares.
Ante la posibilidad de que su investidura esté en juego, Buzarquis fue claro al afirmar que está dispuesto a enfrentar las consecuencias. “Ellos pueden hacer lo que crean necesario. Desde el día que entré en esto, sabía que denunciar tenía su precio. Así como le sacaron a Payo [Cubas], así como le sacaron a Katia [González], le pueden sacar a cualquiera. El día de mañana, si otro senador hace una denuncia fuerte, lo van a perseguir de la misma manera”, expresó.
El legislador sugirió que existe un esquema de persecución dentro del Congreso Nacional, en el cual aquellos que se atreven a denunciar o a desafiar a ciertos grupos de poder, como el cartismo, se convierten en blanco de represalias. “¿Por qué no arman un Congreso para ellos como ellos quieren? Ya tienen su lista de quiénes son los senadores y diputados que deben salir, porque así funciona el esquema. Pero yo no me voy a callar”, aseguró Buzarquis.
La controversia comenzó cuando el intendente Rodríguez acusó a Buzarquis de intentar presionarlo para que un conocido suyo fuera beneficiado con un contrato de alquiler de camiones. Durante una tensa reunión, Rodríguez mostró mensajes que presuntamente respaldarían su denuncia, en los que el senador solicitaba un “favor” para su amigo.