Irán lanzó cientos de misiles balísticos hacia Israel como represalia por la muerte de líderes de Hezbollah y Hamás, mientras Israel activa sus defensas y ordena a sus ciudadanos permanecer cerca de refugios antibombas.
Irán lanzó decenas de misiles balísticos hacia Israel el martes, en una escalada significativa de las tensiones que han aumentado durante meses en Oriente Medio. El ataque se produjo tras la muerte de importantes figuras de Hezbollah y Hamás, que habían sido respaldadas por Teherán. Entre las víctimas mencionadas por Irán se encuentran Hassan Nasrallah, líder de Hezbollah, y Abbas Nilforushan, general de la Guardia Revolucionaria, quienes fallecieron en un ataque aéreo israelí en Beirut. También se refirió a Ismail Haniyeh, líder de Hamás, asesinado en julio en un ataque atribuido a Israel en Teherán.
El ataque iraní fue anunciado a través de un comunicado televisado, donde se mencionaba que este bombardeo representaba solo la «primera oleada» de represalias, aunque no se ofrecieron más detalles sobre futuros movimientos militares. Las explosiones fueron escuchadas en Tel Aviv y Jerusalén, generando alarma entre la población, aunque no estaba claro si los ruidos provenían de misiles impactando o siendo interceptados por el sistema de defensa israelí.
Israel, que mantiene un sistema de defensa aérea robusto, activó las sirenas en todo el país y ordenó a sus ciudadanos permanecer cerca de los refugios. Según el portavoz militar israelí, el contralmirante Daniel Hagari, el sistema de defensa está operativo, pero advirtió que “la defensa no es hermética”.
Tanto Israel como Estados Unidos han advertido previamente que cualquier ataque iraní sobre territorio israelí desencadenaría severas represalias, lo que eleva los temores de que la escalada militar pueda derivar en un conflicto regional más amplio.