Un estudio en Francia revela que las parejas donde la mujer gana más que el hombre tienen hasta un 40% más de riesgo de separación, reflejando la persistencia de normas tradicionales sobre los roles económicos en el hogar.
Las parejas en las que la mujer gana más que su cónyuge masculino tienen más probabilidades de separarse, de acuerdo con un estudio del Instituto Nacional de Estudios Demográficos (Ined), publicado este lunes.
Es cada vez más común que las mujeres tengan un ingreso superior al de su pareja masculina. Las diferencias de ingresos dentro de la pareja, ¿aumentan el riesgo de separación? Por primera vez, un estudio del Ined (Instituto Nacional de Estudios Demográficos), publicado el lunes 30 de septiembre, aborda este tema.
Cada vez es más frecuente que las mujeres ganen más que su pareja masculina. Esto sucedía en una de cada cuatro parejas heterosexuales en edad de trabajar en 2017. Un número en aumento: en 2002 era una de cada cinco. Esto es resultado, entre otras cosas, del progreso en el nivel educativo de las mujeres y su emancipación.
Precisamente, es cuando la mujer gana más que su cónyuge, y solo en esta situación, que el riesgo de separación es mayor. Si los ingresos de la mujer superan el 55% del ingreso total de la pareja, el riesgo de ruptura es al menos un 11% mayor en comparación con las parejas cuyos ingresos están repartidos de manera más equitativa. Este riesgo puede aumentar hasta un 40%, dependiendo de la proporción de ingresos que aporte la mujer, según indica el estudio del Ined.
El legado de las normas tradicionales
Las diferencias de ingresos influyen de manera distinta según el tipo de unión. En las parejas unidas por un PACS (pacto civil de solidaridad), la relación entre las diferencias de ingresos y el riesgo de separación es menos pronunciada. En las parejas en unión libre, una distribución relativamente equitativa de los ingresos parece reforzar la estabilidad de la unión. Sin embargo, en las parejas casadas, la estabilidad es mayor cuando el hombre es el principal sostén económico del hogar.
Este fenómeno afecta a todos los perfiles socio-profesionales y a todas las clases de edad. Incluso los parejas más jóvenes, quienes se podría pensar que han crecido con normas de género más igualitarias que las generaciones anteriores, también están afectados. Esto se debe, en parte, al legado de las normas tradicionales. Las parejas que no siguen el modelo dominante del hombre como proveedor principal de la familia enfrentan más dificultades. Incluso en Francia, donde la tasa de empleo femenino es alta y apoyada por políticas familiares, persisten estas dinámicas.
No obstante, el Ined sugiere también otra interpretación: las mujeres que tienen una mayor capacidad financiera que su pareja consideran más fácilmente la ruptura, ya que poseen los medios económicos para independizarse de la relación.
Metodología:
Este estudio se basa en los datos administrativos del Muestreo Demográfico Permanente (EDP), que vincula los censos, los registros civiles, las declaraciones de vivienda e impuestos sobre la renta, entre otros datos, cubriendo al 4% de la población residente en Francia, lo que ofrece una muestra representativa. El análisis se centró en individuos de 18 años o más, que vivían en pareja (casados, en PACS o en unión libre) al 1 de enero de 2011 y se siguieron hasta 2017. Durante este período, se observaron más de 95.000 separaciones.