El ministro Javier Giménez expresó su preocupación por el impacto económico de la crisis hidrológica en el río Paraguay, señalando que podría afectar el comercio, los precios y la inflación, con riesgo de paralización parcial de las importaciones y exportaciones.
El titular del Ministerio de Industria y Comercio (MIC), Javier Giménez, expresó su preocupación ante la grave bajante del río Paraguay, que describió como un fenómeno no visto en los últimos 100 años. “La verdad que estamos muy preocupados porque esta bajante no se vio en 100 años”, afirmó este lunes durante una entrevista con radio Monumental 1080 AM, destacando la gravedad de la crisis hidrológica que enfrenta el país.
Giménez indicó que los pronósticos para revertir la situación no son alentadores y que ya se están sintiendo los efectos del aumento en los costos de transporte, lo que está afectando las importaciones, las recaudaciones aduaneras, y, en última instancia, la inflación y los precios de productos en el mercado. “En la importación tenemos la ‘suerte’, digo entre comillas, de que no estamos en temporada alta. Pero, sí nos afecta mucho, porque el 85% del comercio se maneja en los ríos”, señaló.
Frente a la posibilidad de una paralización parcial del comercio fluvial, el ministro sugirió que una opción sería utilizar puertos más al sur del país, como el de Pilar, para trasladar las mercancías por vía terrestre y minimizar el impacto en la importación y exportación.
La crisis también está afectando a la Industria Nacional del Cemento (INC), que enfrenta un déficit de productos debido a las dificultades de importación, lo cual ha provocado un aumento de entre el 5% y el 8% en el precio por bolsa de cemento.
Giménez mencionó dos teorías que explican la bajante: una relacionada con el cambio climático y otra que apunta a un ciclo natural que ocurre cada 50 a 100 años. Además, se mostró esperanzado en que llueva en grandes cantidades en el Pantanal de Brasil para que el nivel del río Paraguay pueda recuperarse.
El ministro también se refirió a las acusaciones hechas por la Defensoría del Pueblo de Formosa, Argentina, contra arroceras paraguayas por supuestos dragados que estarían afectando negativamente el río Paraguay en la zona de Ñeembucú. “Hay una suerte de mito alrededor de eso. El agua que se mete al arrozal también es la que sale del arrozal. El agua tiene que salir, no es causa como para secar un río entero. Sí causa impacto cuando el agua se alimenta de arroyos o riachos”, respondió Giménez, desestimando la relación entre las actividades arroceras y la actual crisis hídrica.